Algunas observaciones desde satélite dieron a conocer que los lagos glaciares en Groenlandia podrían deshielarse y desaparecer en tan sólo un día. (Archivo)
Señalan que este efecto puede romper el hielo grueso que se encuentra en la profundidad.
Científicos de la universidad de Washington en Seattle lograron documentar el deshielo de un lago en Groenlandia hacia el interior de un casquete glaciar que inició a partir de la década de los noventa y principios de 2000 y que fue presentado ayer.
Este fenómeno, de acuerdo con los especialistas del Instituto de Oceanografía de la universidad, podría agravarse a partir de que llegue el verano, ya que el deslizamiento de agua se extiende hasta el océano.
De acuerdo con el reporte, publicado en la página uwnews.org, el agua de los lagos descubiertos sirven como una especie de “lubricante” que podría acelerar el deshielo de un 50 a un 100% en algunas de las zonas más estables del glaciar.
Sarah Das explicó que el efecto descubierto puede romper el hielo grueso que se encuentra en la profundidad, al cual lo han denominado “hidro-fractura”, la cual podría ser llenada con el agua del deshielo de la superficie y acelerar la ruptura.
Algunas observaciones desde satélite dieron a conocer que los lagos podrían deshielarse y desaparecer en tan sólo un día, y ante esto los científicos desconocían a dónde iría el agua, aunque las hipótesis, como se muestra, indican que van hacia las fracturas.
GLACIARES VENEZOLANOS, EN PELIGRO
Por otro lado, los glaciares venezolanos podrían desaparecer en 13 años a causa del calentamiento global, tras registrarse un ritmo de retroceso vertical de nueve metros por año, informó ayer la prensa local.
La organización ecologista Tatuy reportó que, en base a datos de la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales de la Universidad de Los Andes, en los últimos 30 años la superficie de los glaciares venezolanos pasó de 136.8 hectáreas a 43.1 hectáreas.
El presidente del Instituto de Investigaciones Científicas (Ivic), Ángel Viloria, afirmó igualmente que los glaciares de Venezuela sufrieron “un deshielo del 70 por ciento en los últimos 30 años”, indicó el diario caraqueño Últimas Noticias.
Estos datos permitieron a los científicos afirmar que, de continuar aumentando la emisión de gases invernadero y la deforestación de bosques, “la nieve tiene una esperanza de vida de 12 a 13 años” en Venezuela.
Los datos fueron dados a conocer por los 16 científicos venezolanos que participaron recientemente en la primera expedición del país a la Antártida, con el objetivo de estudiar el proceso de calentamiento global.
Según los científicos, el más afectado por este proceso es el Pico Bolívar, el más alto del país con cuatro mil 980 metros sobre el nivel del mar, situado en los Andes venezolanos, en el estado de Mérida, unos 650 kilómetros al Suroeste de la capital Caracas.
Viloria precisó que “a la larga, el flujo de las lagunas y ríos de Mérida de origen glaciar va a disminuir”, y afirmó que aunque desconoce cuál es la solución del problema, reiteró que la causa del mismo es la “quema de hidrocarburos”.
Acoge Océano Glacial Ártico más de 17 mil focos radiactivos
Las aguas del Océano Glacial Ártico acogen más de 17 mil focos radiactivos, aseguró ayer Valentín Visotski, especialista en energía nuclear de la Academia de Ciencias de Rusia.
“En su mayoría son buques abandonados que pertenecían a la flota de la Unión Soviética”, señaló Visotski durante una conferencia internacional sobre la liquidación de las secuelas de la Armada nuclear soviética, citado por la agencia oficial Itar-Tass.
El científico aseguró que los focos que representan un mayor peligro son los submarinos soviéticos que naufragaron o fueron hundidos a profundidades de entre 30 y 100 metros con combustible nuclear a bordo.
Algunos de esos submarinos llevan hasta 40 años hundidos en el fondo del mar y su retirada exigirá una inversión de alrededor de 450 millones de euros, pronosticó.
En particular, Visotski aludió al “Komsomolets”, submarino que se hundió en abril de 1989 a pocos kilómetros de la isla noruega del Oso en el Océano Glacial Ártico, naufragio que costó la vida a 42 de sus 67 tripulantes.
Desde entonces, el submarino permanece a mil 685 metros de profundidad y, según los ecologistas, se han producido escapes de radiactividad de sus reactores, que se calcula, contienen diez kilos de plutonio.
El científico advirtió de que, aunque el ecosistema del Ártico no se verá amenazado durante los próximos cien años por esas fuentes de radiactividad, es necesario realizar inspecciones periódicas.
La organización ecologista Greenpeace ha descrito el Ártico, en especial las aguas del archipiélago de Nueva Zembla, como el mayor vertedero nuclear del planeta.