El funcionario que sustituye a Roberto Campa Cifrián luego de que su nombramiento fue aprobado en el seno del Consejo Nacional de Seguridad Pública y de que el presidente Felipe Calderón le tomó protesta. Notimex
El secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), Monte Alejandro Rubido García, presentó el Diagnóstico del Secuestro en México en el que se resalta que de enero de 2007 al 15 de septiembre pasado se registran mil 106 víctimas de secuestro, de las cuales 66 han sido asesinadas y 760 liberadas.
Luego de que su nombramiento fue aprobado en el seno del Consejo Nacional de Seguridad Pública y de que el presidente Felipe Calderón le tomó protesta, el funcionario que sustituye a Roberto Campa Cifrián, destacó que de 2001 al 15 de septiembre pasado se capturaron un total de 19 bandas y a más de 900 presuntos secuestradores, de los cuales 34 eran policías y en 20 de los grupos delictivos participaron ex policías.
De acuerdo con el diagnóstico, el presente año, las entidades federativas con el número de casos de secuestro atendidos son el distrito federal con 141; el estado de México, 122; Baja California, 103, Michoacán, 39 y Guerrero, 38.
De enero al 15 de septiembre de 2008 el total de casos de secuestro es de 651, el mayor número desde el 2002, cuando se contabilizaron 540; en el 2003, 582; 2004, 523; 2005, 504; 2006, 489 y 2007, 625.
Los más secuestrados son los comerciantes, seguidos de los estudiantes, empleados, empresarios, profesionistas y quienes se dedican al hogar.
Por otro lado, la mayoría de los secuestradores provienen de familias disfuncionales permisivas y en alguno de los casos las mismas participan o conocen de las actividades delictivas de los integrantes.
La edad de estos en términos generales es de entre los 22 y 35 años. En su mayoría se dedican a oficios, como choferes, comerciantes informales y en algunos casos se desempeñan en labores relacionadas con la seguridad privada, lo que les permite conocer el medio de víctimas potenciales.
El secuestrador comienza su carrera delictiva en delitos aparentemente menores como robo a transeúnte, a casa habitación, vehículos a valores y bancario, hasta llegar a privar de su libertad a personas.
