La gran novedad para el Torneo Clausura 2008, en cuanto al banquillo se refiere, será el regreso al futbol mexicano de Ricardo Antonio La Volpe dirigiendo al Monterrey.
Personaje controversial, polémico y con una personalidad plagada de claroscuros, los Rayados hacen una riesgosa apuesta con un entrenador que viene a la baja, no gana nada desde hace mucho tiempo y suele enrarecer el entorno en que se mueve.
A su favor, La Volpe tiene su gran capacidad estratégica, un amor al trabajo que lo hace perfeccionista y la apuesta permanente por dar oportunidad a los jóvenes, lo que seguramente caerá bien en un grupo disfuncional como el de la “Pandilla” en estos momentos.
Para tener éxito en su misión, Ricardo debe entender que no llega como el salvador del equipo sino como un técnico al que se le exigirán resultados, como a cualquier otro, y que la historia no cuenta cuando de ganar partidos y sumar puntos se trata.
Lo primero que debería hacer La Volpe es reconocer sus propios errores y en la medida de lo posible enmendarlos, aunque para ello se requiere humildad y el estratega argentino carece de la mínima noción de esta palabra.
A continuación, me permito hacer unas sugerencias que bien podrían contribuir a aligerar la carga que Ricardo Antonio deberá soportar a partir de ahora.
1.-EVITAR LAS DECLARACIONES. Ha quedado demostrado que hablar no es su fuerte y que dice una cosa por otra. Recordar que en boca cerrada no entran moscas.
2.- NO MEZCLAR FAMILIA CON TRABAJO. Después del inmoral llamado a la Selección para el Mundial de su yerno Rafael García, ojalá no se lo traiga y además siente en el banquillo a su otro hijo político, Flavio Davino.
3.- OLVIDARSE DE HUGO SÁNCHEZ. En nada le ayuda estar cuestionando el trabajo del técnico tricolor. Él tuvo su demonio particular en la persona del pentapichichi y sabe por experiencia cómo desgasta al grupo un pleito personal.
4.- FORMAR UN GRUPO.- El problema del “bigotón” es que no forma grupo, sino que integra una camarilla de incondicionales creyendo que con ello blinda su puesto y lo único que consigue es una fábrica de grillas e inconformidades.
5.- BAJARSE DEL PEDESTAL. Hace tiempo que Ricardo se siente el “gurú” de un grupo de entrenadores que se identifican con su estilo de jugar y se cree dueño de la verdad absoluta. Hacer la chamba del día a día puede ser una buena medicina contra el mal de altura.
6.- DISMINUIR LA SUPERSTICIÓN. Cada quien es libre de creer en lo que quiera y hacer cábalas o rituales personales pero recurrir a videntes y guías espirituales para poner una alineación es tan descabellado como creer que el Feng-Shui va a ganar los partidos o la corbata de dragones traerá a casa el trofeo de campeón.
7.- RESPETAR EL ENTORNO.- Sabida es la pobre opinión que la prensa en general le merece a La Volpe y en muchos casos tiene razón, sólo que en Monterrey se enfrentará a un sector del periodismo inteligente, punzante, cuestionador y experto y deberá aprender que disentir con él no es sinónimo de ataque.
Por lo demás, aunque no soy su fan, le deseo mucho éxito.
