Ayer la Reserva Federal autorizó la transformación de Goldman Sachs y Morgan Stanley de bancos comerciales, con lo que termina el fin de una era financiera. (AP)
Ayer la Reserva Federal autorizó la transformación de Goldman Sachs y Morgan Stanley a bancos comerciales, con lo que termina el fin de una era financiera.
Los principales indicadores de la Bolsa de Valores de Nueva York cerraron ayer con pérdidas por el nerviosismo de los inversionistas sobre el plan del Gobierno de comprar 700 mil millones de deuda hipotecaria de los bancos.
Además la transformación de Goldman Sachs y Morgan Stanley a bancos comerciales marcaron el fin de una era financiera, lo que mantuvo tensos los mercados.
El índice Dow Jones cayó 372.75 unidades a 11,015.69 puntos, una reducción de 3.27 por ciento de su valor.
El tecnológico Nasdaq bajó 94.92 unidades o 4.17 por ciento a 2,178.98 puntos y Standard & Poorís de 500 acciones selectas bajó 47.99 unidades a 1,207.09, una baja de 3.82 por ciento.
El precio del crudo ligero registró un alza final de más de 16 dólares luego de haber llegado a subir más de 25 dólares durante la sesión, en el último día para cerrar los contratos de compra de octubre.
El barril de West Texas Intermediate (WTI) para entregas en octubre terminó ayer con un aumento de 16.37 dólares por barril, equivalente a 16 por ciento para cerrar a 120.92 dólares.
Se trata de la cotización más alta del energético desde el pasado 21 de agosto. En línea, la Bolsa Mexicana de Valores finalizó ayer con una baja de 569.12 enteros, lo que representó 2.21 por ciento menos respecto al cierre previo, con lo que su principal indicador se ubicó en 25 mil 131.91 unidades. Tras los repuntes de las últimas dos sesiones, el mercado accionario mexicano regresó al terreno negativo arrastrado por las bajas en Wall Street, debido a la incertidumbre que existe por la situación del sector financiero en EU.
A esto se sumó el aumento del precio del petróleo, así como la noticia de la transformación de las últimas dos instituciones de inversión Goldman Sachs y Morgan Stanley en bancos de primer piso, a fin de evitar una situación como la de Lehman Brothers.
Encrucijada
El debate legislativo para la aprobación del paquete de rescate financiero presentado por el presidente George W. Bush parecía enfilar ayer hacia una difícil encrucijada que podría complicar su pronta autorización. Aunque tanto demócratas como republicanos coincidieron en la necesidad de una pronta acción para responder a la actual crisis financiera, influyentes legisladores expresaron reservas sobre el costo y supervisión, así como sobre cuáles deberían ser sus alcances.
Christopher Dood, presidente del Comité Bancario del Senado dijo que la idea de autorizar el desembolso de 700 mil millones de dólares sin ninguna supervisión y transparencia ‘es algo que será difícil de aceptar para la mayoría de republicanos y demócratas’.
‘Es importante actuar rápido, pero es más importante que actuemos de manera responsable’, dijo el demócrata este lunes a la cadena CBS.
La posición de Dodd pareció ser respaldada por Richard Shelby, el republicano de más alto rango en ese comité, quien dijo que aprobar el paquete sin ningún tipo de supervisión equivaldría a entregar ‘un cheque en blanco al (Departamento del) Tesoro’.
‘Entiendo que existen problemas en el sector financiero, pero ¿quién los ocasionó? Acaso vamos a rescatar a esta gente. ¿Nos vamos a beneficiar? Quizá, pero a un precio, un precio muy alto’, dijo en entrevista.
Shelby expresó además reservas en torno a las expectativas del gobierno sobre el eventual beneficio del paquete, criticando lo que calificó como el fracaso de las entidades responsables de supervisar los mercados financieros para anticipar la crisis.
Tanto el presidente George W. Bush como el secretario del Tesoro, Henry M. Paulson, han insistido en la necesidad de una pronta aprobación del paquete y que este no incluya ningún tipo de previsión que no esté relacionada al rescate.
‘No hay duda que tenemos que actuar, pero queremos asegurarnos que los contribuyentes estarán primero’, dijo Dood.
El fin de una era en Wall Street.
Todo el mundo está de acuerdo en que la severa crisis que ha sacudido con fuerza los mercados ha marcado un punto de inflexión, un antes y un después en la forma de hacer negocios en el corazón financiero del mundo. La última señal ha sido el anuncio de que Goldman Sachs y Morgan Stanley, los dos grandes bancos de inversión que seguían a flote, cambiarán su estatus para convertirse en bancos comerciales tradicionales.
Es la certificación más clara de que no tenían futuro como bancos de inversión, ahora que los inversionistas y el mercado dejaron claro que el modelo estaba roto, que el sistema no funcionaba.
Un modelo puesto en pie hace siete décadas, tras la Gran Depresión originada en 1929.
Este signo se suma a las gestiones del Gobierno Federal por rescatar al sistema financiero mediante un paquete de rescate por 700 mil millones de dólares. ‘La decisión (de Goldman Sachs y Morgan Stanley) marca el final de Wall Street tal y como lo conocíamos’, señaló el economista William Isaac, ex presidente de Federal Deposit Insurance Corp.
James Cramer, ex manager de un ‘hedge fund’ (fondo de riesgo) con el que se hizo multimillonario para pasarse al mundo de la televisión, donde ahora triunfa como analista financiero, lo decía de otro modo: ‘Wall Street ha tenido que morir para poder seguir viviendo’.
Por su parte, el profesor de economía del Manhattan Collage y estudioso de la historia de Wall Street, Charles Geisst, no duda en afirmar que el modelo financiero se ha transformado para siempre en esta semana.
El autor del libro ‘Wall Street: La Historia’ señaló que la nueva era ‘se parece mucho a la que existía antes de 1929, cuando los grandes bancos se dedicaban por igual a la banca de inversión y comercial’.
Una importante diferencia, precisa, es que en el nuevo modelo existen organismos reguladores que supervisan sus actuaciones.
Con este movimiento por parte de Morgan Stanley y Goldman Sachs, Wall Street dejará de albergar a firmas independientes que compraban y vendían acciones, asesoraban a sus clientes y actuaban al margen de las estrictas regulaciones que observan los bancos tradicionales.
Ahora, estas dos firmas, las más prestigiosas de esta comunidad, se someterán a la supervisión de las autoridades y a requisitos de capital más rígidos, lo que hará que reduzcan los riesgos que antes tomaban y con ello, de paso, los grandes beneficios que conseguían.
Con su conversión en bancos comerciales, se acaba con el reinado de los cinco bancos de inversión considerados tradicionales en Wall Street, después de que Lehman Brothers se declarara en bancarrota, Merrill Lynch fuera absorbido por Bank of America y Bear Stears fue comprado a precio de ganga por JP Morgan el marzo pasado.
Geisst señaló que la decisión de Morgan Stanley y Goldman Sachs ha sido exclusivamente para ‘salvarse del colapso’.
Según el experto, su futuro pasa por especializarse en bancos mayoristas, es decir, que hagan negocios con empresas y corporaciones más que con clientes individuales. Sobre el futuro del sector financiero, de Wall Street en su conjunto, Geisst vaticina que ‘las cosas estarán tranquilas por algún tiempo’, imponiéndose la calma tras las turbulencias sufridas. ‘La época de los grandes aguinaldos ha desaparecido para siempre’, precisó.
‘Así (permanecerá), hasta que alguien averigue cómo hacer dinero en este nuevo ambiente, bajo este nuevo modelo’, afirmó el economista.
Woods señala además que Wall Street se convertirá en ‘un sitio más aburrido’ sin los bancos de inversión, los únicos que se arriesgaban y jugaban fuerte.