Las adolescentes enfrentan una crisis de valores, lo cual se refleja en denuncias por supuesto maltrato ante la Procuraduría de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia.
Durante septiembre y lo que va de octubre, la Procuraduría de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia, ha conocido unos diez casos de supuesto maltrato en contra de jovencitas, aunque más que una realidad del problema, éstos reflejan una interpretación errónea de los conceptos de libertad y disciplina por parte de las adolescentes.
Zulema Contreras Gallegos, responsable de la dependencia del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), expuso que de ese número, sólo tres casos están sujetos a revisión, mientras que en el resto no se encontró responsabilidad de los progenitores en la comisión de actos violentos, después de ser acusados por sus hijas.
Son situaciones complejas que según la titular de la Procuraduría, evidencian la crisis de valores y de confusión que priva entre la población adolescente, quienes al menor indicio de una manifestación de disciplina o castigo por parte de los padres por una conducta negativa de parte de ellas, aluden un maltrato o agresión y recurren a este tipo de instituciones en busca de “apoyo”.
“Creo que algunos jóvenes no tienen bien establecido el término de violencia ni una apreciación correcta de sus derechos como personas, pues incurren en actitudes negativas y luego no quieren sujetarse a las reglas de sus familias, y piensan que estas reglas son actos de violencia en su contra”.
A su vez, es el resultado de la labor que como padres y madres de familia se ha dejado de hacer, en el sentido de vigilar más a los hijos desde una temprana edad en cuanto a las amistades, conductas dentro y fuera de la casa y el seguimiento de reglas claras y definitivas para una convivencia sana.
Todos los casos que han llegado hasta la Procuraduría en estos dos meses son de jovencitas entre los 12 y los 15 años de edad, una etapa difícil por los cambios fisiológicos y psicológicos a que se enfrentan, pero sobre todo por la crisis de valores y desintegración familiar.
Tener amistades poco adecuadas, aspirar a un nivel de vida que sus padres no están en condiciones de darles, o el simple hecho de llegar tarde a la casa o que no se les permita salir a ciertos lugares por la inseguridad, suele detonar discusiones y enfrentamientos con los padres.
“Uno de estos casos es el de una jovencita que está en Casa Puente, quien ya no quiere regresar a su casa porque agredió físicamente a su madre oponiéndose a que le revisara la mochila”, dijo Contreras.
La encargada de la Procuraduría destacó la importancia de reforzar los valores y la comunicación con los hijos, pues sólo de esta forma podrán establecerse relaciones sanas y fortalecer la unión familiar.
A detalle
La Procuraduría de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia del DIF ha registrado un aumento en las quejas por maltrato a adolescentes.
· En la gran mayoría de estos casos no se ha comprobado la comisión de actos violentos por parte de los padres, quienes fueron acusados por sus hijas.
· Para la dependencia, esto refleja la crisis de valores y confusión que priva entre las adolescentes sobre sus derechos como personas y responsabilidades como miembros de una familia.
· Cuando se llega a comprobar la existencia de conductas violentas, la dependencia brinda apoyo psicológico tanto a víctimas como agresores, periodo en el que las afectadas permanecen bajo custodia temporal.
FUENTE: Zulema Contreras Gallegos, responsable de la dependencia
