El papa Benedicto XVI reprobó hoy la actitud de algunos católicos estadounidenses que "promueven un presunto derecho al aborto", durante el encuentro con los obispos de este país en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington.
El pontífice pronunció un discurso a los cerca de 400 obispos de Estados Unidos y después contestó a tres preguntas relativas a la preocupación de la Iglesia estadounidense respecto al aumento de la secularización, al abandono de la práctica religiosa entre los católicos, y la falta de vocaciones.
Sobre la denuncia de una secularización creciente en la vida publica del país, el Papa señaló que "el pueblo americano, si se siguen los sondeos, es profundamente religioso", pero advirtió "que los fundamentos de esta religiosidad "se están erosionando lentamente".
Explicó que esta secularización se transforma "en una separación creciente entre la fe y la vida: el vivir como si Dios no existiese".
Fue entonces cuando citó el que llamó "escándalo provocado por los católicos que promueven un presunto derecho al aborto".
En su discurso ante los obispos, Benedicto XVI denunció algunos comportamientos incoherentes entre los católicos, que atribuyó a la "sutil influencia del laicismo".
El Papa puso como ejemplo de incoherencia a quien "profesa la fe el domingo y después durante la semana se dedica a los negocios o a promover intervenciones médicas contrarias a esa fe".
También se refirió a quien "ignora a los pobres y marginados", "promueve comportamientos sexuales contrarios a la enseñanza moral católica" o "adopta posiciones que contradicen el derecho a la vida de cada ser humano desde su concepción a su muerte natural".
El pontífice también denunció el "rápido debilitamiento de la familia" y explicó que "el divorcio y las infidelidades aumentan" en el país y que muchos jóvenes católicos prefieren aplazar su boda o ignorar esta posibilidad.
Ante ello, pidió a la Iglesia estadounidense que "encuentre una visión católica de la realidad" y "la presente de manera atrayente y con fantasía".
Sobre la falta de vocaciones, explicó "que es importante hacer ver a los jóvenes la necesidad que hay de sacerdotes y religiosos comprometidos", así como hacerles notar "la belleza de una vida de sacrificio y servicio al Señor".