El vicepresidente global de Ventas y Distribución de IBM, Frank Kern, consideró que México tiene un amplio potencial de desarrollo económico, pero requiere de políticas de innovación científicas y tecnológicas.
Durante la conferencia inaugural del simposium “Innovación para la competitividad”, expuso que todos lo sectores de la sociedad deben converger en una agenda de innovación para que el país siga avanzando en materia económica.
Precisó que la agenda debe fundamentarse en pilares como la colaboración entre gobierno, academia y sector privado; identificar fortalezas y debilidades de la economía, así como implementar estrategias de innovación competitiva a nivel internacional.
El directivo de IBM resaltó que México es una nación que está perfectamente posicionada para recibir beneficios y recompensas de una economía global, es decir “ser buen jugador a nivel mundial”.
Añadió que países como México deben estudiar cómo pueden complementarse con naciones como China e India, con altas tasas de crecimiento económico.
Por su parte, el director general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Enrique Cabrero Mendoza, comentó que en México se trabaja en la vinculación de quienes generan ideas, el conocimiento y los centros de investigación.
Sin embargo, detalló, se requiere fortalecer la infraestructura científica y tecnológica de manera focalizada, promover mecanismos de vinculación y contar con una política pública orientada en acciones de innovación profundas.
Planean reforma científica
El próximo miércoles será presentada la iniciativa de reforma a la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación en la Comisión permanente del Congreso de la Unión, anunció el presidente del Comité de Competitividad de la Cámara de Diputados, Mariano González.
Destacó que las modificaciones representan un avance para el establecimiento de un marco normativo para la innovación, aunque sus efectos en el desempeño económico serán limitados si no se acompañan de más inversión pública y privada en esos rubros.
El legislador señaló que mientras en Estados Unidos se destina aproximadamente dos por ciento del Producto Interno Bruto a las áreas de ciencia, tecnología e innovación, en México la inversión ni siquiera llega a uno por ciento.
En su opinión existe una escasa vinculación entre los sectores del conocimiento y productivo, falta de claridad de las necesidades de este último y los esfuerzos de los actores involucrados se encuentran anclados y desarticulados.
