Bajo los fuertes rayos del Sol, rescatistas de Cruz Roja bajan el cerro con el taekwondín lesionado.
Un taekwondoín que tropezó y se fracturó la pierna en lo alto del cerro de Las Noas, a más de mil metros de altura, provocó la movilización de 30 elementos entre rescatistas de la Cruz Roja, bomberos y elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, para bajarlo en camilla, en una desgastante labor que se prolongó por tres horas.
A las diez de la mañana se recibió la llamada al 066 reportando a una persona lesionada en la Sierra de las Noas, en la montaña más alta, en la parte suroeste donde se localiza el Cristo de las Noas y a donde se sube por un pesado, estrecho y sinuoso camino lleno de puntiagudas especies forestales.
Gilberto Ramírez Padilla, de 26 años, es el deportista perteneciente al club de Tae Kwon Do Vonnacher, ubicado sobre el Paseo del Tecnológico, en la colonia Ampliación La Rosita.
Susy González y Leonardo Romero, de 16 años, de los más jovencitos del grupo, cuentan que desde las seis y media de la mañana iniciaron la aventura como parte de su entrenamiento, dirigidos por su profesor, Basilio Sifuentes.
“Gilberto es de los más grandes y tiene poco tiempo entrenando. De hecho es la primera vez que él sube al cerro. Venía detrás de mí y de repente gritó cuando resbaló y se le dobló el pie al golpearse con una piedra”, cuenta la jovencita.
El profesor de los deportistas dice que ya habían subido a lo más alto y venían de regreso cuando le sucedió el accidente a Gilberto, por lo que tuvo que detenerse todo el grupo, conformado por unas 15 personas de ambos sexos y diferentes edades.
Luego del accidente, Susy, Leonardo y otro joven, bajaron primero para esperar y guiar a los socorristas una vez que solicitaron el auxilio al 066, pero perdieron el camino y tomaron otra ruta que los alejó hasta que se dieron cuenta de su error y regresaron.
Lo alto de la cima hizo más difícil la subida y peor aún el descenso, pues luego de brindarle los primeros auxilios al lesionado para inmovilizarle la pierna, lo subieron a una camilla y en peso lo bajaron hasta donde pudo llegar la ambulancia, para luego trasladarlo a una clínica particular.
El lesionado se molestó cuando un reportero gráfico hacía su trabajo al grado de insultar a éste por haber tomado fotografías del evento que ocasionó tan aparatosa movilización.
