La Catedral de Cuencamé tiene pinturas de principios del Siglo XVIII, las cuales fueron visitadas por la comitiva encabezada por Francisco Javier López Morales. (Fotografía de Fernando Compeán)
El Camino Real de Tierra Adentro recorre varios estados de la República.
Por el valor histórico que representa para la ruta del Camino Real de Tierra Adentro, el estado de Durango, el director de patrimonio mundial del INAH, Francisco López Morales, visitó en compañía de otros funcionarios, varios puntos del estado para evaluar los lugares que harán parte del proyecto de restauración de una de las rutas histórico-culturales más significativas de América.
El Camino Real de Tierra Adentro fue, desde finales del Siglo XVI, una de las más largas e importantes rutas de la América Colonial. Con una longitud de más de dos mil kilómetros, unía a la capital de la Nueva España con la ciudad de Santa Fe, comunicando a los grandes centros de población del norte novohispano Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, entre otros.
Durante tres siglos y medio, hasta 1880 cuando fue construido el ferrocarril de Santa Fe, Nuevo México hasta El Paso, Texas, El Camino Real permaneció como única ruta de comercio e intercambio cultural. A lo largo de esta Ruta, los asentamientos hispanos e indígenas en el Norte de México y el Sur de los Estados Unidos, legaron un valioso patrimonio cultural “archivos, misiones, presidios, etcétera”, que es preciso rescatar.
El proyecto que pretende rescatar el valor cultural de esta ruta, cobijará en el estado de Durango municipios como: Cuencamé, Mapimí, Palmitos, La Zarca, La Mina de Ojuela, y La hacienda de Cuatillos, entre otros. El concepto de restauración pretende rescatar valores culturales importantes de esta ruta, como la música, las tradiciones culturales, la gastronomía, e incluso aspectos como las costumbres comerciales que mantuvieron activa esta ruta durante muchos años.
El programa creado como un proyecto binacional, interinstitucional e interdisciplinario para investigar la composición étnica y cultural de los pobladores en un corredor que incluye a dos naciones, dos visiones del mundo que, sin embargo, se mezclan integrando una unidad muy particular, con lazos históricos compartidos y vínculos culturales comunes, ha recibido una aceptación importante por parte de los habitantes de los municipios en donde se desarrollarán las obras.
En Cuencamé se difundirá mediante campañas para los habitantes, el valor y la importancia histórica de su entidad, intentando rescatar la mayoría de las fachadas que aún se conservan originales desde la época de la colonia, igualmente la catedral que tiene pinturas de principios del Siglo XVIII, el Mausoleo que se encuentra frente a la famosa hacienda de Cuatillos, donde el Benemérito de las Américas, Benito Juárez, celebró uno de los gritos de independencia, en su recorrido por el Norte del país.
Un proyecto que pretende rescatar la mayor parte del patrimonio cultural tangible e intangible de estos más de dos mil kilómetros. Valores arquitectónicos, bienes muebles e inmuebles y toda la infraestructura posible será incluida desde el Estado de México, Guanajuato, Querétaro, Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco, Durango y Chihuahua, entre otros. El esfuerzo cultural incluye la participación del Gobierno Federal a través del INAH, de la misma manera que los gobiernos estatales y municipales que participan activamente desde hace un año.
El financiamiento de una de las actividades de rescate culturales más ambiciosas, cuenta con recursos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH, las Universidades de Texas y de Nuevo México, la Oficina de Asuntos Culturales de Nuevo México, el National Park Service de EU y el Bureau of Land Management del mismo país, con aportaciones de los gobiernos estatales y municipales, que se encuentran dentro de la ruta.
