La asociación civil Primero Gómez Palacio y el Instituto Municipal de Cultura, se unen en torno a un ambicioso proyecto, la creación del primer archivo histórico de la ciudad.
Gomezpalatinos crean el primer Archivo Histórico de la Ciudad.
Con la intención de rescatar la memoria histórica de la ciudad y reforzar la identidad cultural de los gomezpalatinos, los miembros de la asociación civil Primero Gómez Palacio, en coordinación con el Instituto Municipal de Cultura, se dan a la tarea de crear el primer Archivo Histórico de la Ciudad, un proyecto muy ambicioso en el que la participación de la ciudadanía es fundamental.
Uno de los principales objetivos del instituto es promover la conservación de todo aquel documento histórico que contenga dentro de si un testimonio de la historia de la ciudad, restaurarlo, conservarlo y ponerlo a disposición del público que requiera realizar una consulta, no sólo con el objetivo de llevar a cabo una investigación, sino por la cultura del conocimiento a los orígenes de la misma sociedad.
La plataforma de este proyecto ha sido trabajada desde hace casi un año por los miembros de la asociación civil que participan en la institucionalización del archivo, lo que resultó muy atractivo para el municipio, que decidió entrarle al proyecto a través de su instituto de cultura, manifestó Patricia Hernández, directora de la oficina municipal. Una mancuerna que pretende crear un centro de investigación en base a la memoria histórica.
Las etapas del proyecto
Básicamente el proyecto tiene tres etapas, en la actualidad se encuentra en la primera, por la magnitud y el significado que tiene la creación de un archivo histórico, es un trabajo que requiere que no se despegue el dedo del reglón.
Primera etapa: La etapa inicial y que detona el concepto de archivo en si, es el acopio de todos aquellos documentos que previo análisis, se puedan clasificar como históricos y de interés para consulta, estos documentos pueden ser fotografías, cartas, relatos, documentos oficiales o privados y en general todo aquel vestigio que cuente un suceso o sea susceptible de estudio.
También los relatos orales de personas que actualmente puedan dar testimonio de algún hecho en particular, para lo que se ha destinado como centro de acopio la casa grande de las banquetas altas ubicada en la Allende número 471 norte, del centro, o las oficinas del IMC, que se encuentran sobre el Bulevar Miguel Alemán, en el Centro Cultural Francisco Zarco.
Segunda etapa: Una vez que se cuente con un acervo suficiente para registrar el archivo, se buscará un espacio físico sobre el se construyan las instalaciones de la institución, un espacio que le permita a los visitantes consultar el material existente, que lo conserve en buen estado y sirva una vez creado, como el centro de investigación que se pretende.
Dentro de esta etapa también se estudian requerimientos fundamentales, como la capacitación del personal que estará encargado de continuar con la recepción, clasificación y préstamo de los documentos allí contenidos, al igual que la adquisición del equipo necesario para restaurar y digitalizar los prestamos que realice la comunidad.
Tercera etapa: Esta ultima etapa del proyecto es infinita, ya que una vez que se encuentre en funcionamiento, la continuidad del mismo es fundamental, razón por la que quienes trabajan en la creación de este espacio, dividen las funciones frente al mismo, el municipio girará más en torno a la parte administrativa y la asociación civil a la parte operativa.
Ramón González, presidente de la asociación civil, comenta que una de las sorpresas que se llevó desde el inicio de este proyecto fue ver como el común denominador de la comunidad, era la necesidad de un espacio dedicado a rescatar la memoria histórica de la ciudad, un archivo que conserve los documentos y pueda ser consultado, “Aunque mucha gente con la que platico esta conciente de la cantidad de trabajo y el reto tan grande que significa este proyecto”, agregó el arquitecto que ya tiene meses en esta labor.
La digitalización una base de trabajo
Uno de los aspectos más importantes para resaltar es que con la aplicación de la nuevas tecnologías y la facilidad que estas dan para el trabajo de difusión, quienes tengan en su poder un documento de valor histórico del que no se quieran desprender, ya no es necesario que lo donen o lo dejen en comodato, con el solo préstamo del mismo para la digitalización ya se asegura la preservación y puesta a disposición al público de este. Lo que permitirá que con el tiempo la información del archivo pueda ser consultada a través del Internet. A cualquier ciudadano que realice una aportación al acervo del archivo histórico, se le entregará una certificación notariada del documento con el que participo en el proyecto.
