EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Responsabilidad compartida

Addenda

Germán Froto y Madariaga

Se afirma, que un joven que no es rebelde, no es un joven.

La juventud es por antonomasia rebelde. A veces exagerada, porque se está contra todo, de manera especial, contra lo que signifique autoridad.

Pero aún en esas circunstancias se tiene qué saber que la causa que se enarbola y por la cual se lucha con rebeldía, es justa. No se puede actuar de manera destructiva ni injusta o injustificada.

Las banderas que se enarbolan deben de ser fundadas y dignas. Si algo también caracteriza al joven es su transparencia y autenticidad.

Mencionamos lo anterior, en razón del movimiento que se generó en una de las escuelas de la Universidad Autónoma de Coahuila, porque un grupo de jóvenes exigía mayores oportunidades para pasar ciertas materias y poder así permanecer en la Universidad.

El sistema de educación superior, permite que un alumno presente hasta en cinco ocasiones una misma materia y si en todas esas oportunidades no la aprueba, queda automáticamente fuera de la Universidad.

Ciertamente se ha pensado en reformar los reglamentos, para evitar que el alumno, en esa condición quede fuera de la Institución y pueda cambiar de carrera, dándole la oportunidad de terminar alguna licenciatura compatible con la que cursaba, lo cual me parece justo.

Pero pretender más de cinco oportunidades para aprobar una materia, no se me hace correcto. Si en cinco ocasiones un alumno reprueba una materia y no se logra ese propósito, es signo inequívoco, de que el joven no tiene vocación para estudiar esa carrera.

Los inconformes se lanzaron a la lucha e hicieron una huelga de hambre. De una forma u otra el problema se resolvió, pero seguramente los padres de esos alumnos o ex alumnos, se debieron de dar cuenta en lo que sus hijos andaban metidos y que lo que demandaban, era totalmente injustificado.

No es válido que los padres abandonen sus responsabilidades de formación, sólo porque el muchacho ya entró a la Universidad o cumplió los dieciocho años. Hay una responsabilidad compartida con las autoridades académicas que no pueden abandonar.

Están obligados a orientarlos y hacerles saber que no es correcto recurrir a presiones para alcanzar objetivos injustificados.

Esto me hace recordar el caso de aquella madre de familia que estaba empeñada en que su hijo entrara al Ateneo Fuente, porque de ahí había egresado su abuelo y su padre, y la señora decía, aludiendo a la mascota de esa preparatoria, que es un gran danés: “Mi hijo tiene que ser un danés, licenciado. Tiene que ser danés”. Y yo le decía. Señora con todo respeto su hijo no puede ser danés, pues reprobó el examen de ingreso, su hijo es burro. Pero ella no entendía de esas sutilezas.

En suma, los padres de familia tienen que asumir su responsabilidad y enseñarle a los hijos que no pueden recurrir a esos movimientos para lograr propósitos insanos o injustificados.

De otra manera, nunca serán hombres y mujeres de bien.

No puedo cerrar estas líneas, sin enviar nuestras condolencias al ingeniero Jesús Ochoa Galindo, por el fallecimiento de su padre el Arquitecto Jesús Ochoa Ruesga, por cierto, ex rector de la Universidad Autónoma de Coahuila. Fue el arqui un universitario de pura cepa y hombre de bien, que supo mantener firme el timón de la Universidad, cuando el barco surcaba aguas tormentosas. Y como dice la Biblia: “Por sus frutos los conoceréis”; y a don Jesús lo conocimos más por sus frutos, que son abundantes y generosos. Descanse en paz, nuestro buen amigo.

Por lo demás: “Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano”.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 345697

elsiglo.mx