Según el reglamento de los Centros Federales de Readaptación Social, el área de Servicios Médicos por lo menos debe contar con los insumos del cuadro básico de medicamentos de la Secretaría de Salud. (Agencia Reforma)
Acumulan en sólo 4 meses el 40% de las consultas registradas por la SSP durante todo el año 2007
Los seis penales administrados por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal tienen presos enfermizos.
Cifras oficiales señalan que los servicios médicos de las cárceles federales, tres de las cuales son de máxima seguridad, ofrecieron en 2007 un total de 109 mil consultas para una población que en conjunto apenas rebasa los tres mil 800 internos.
Pero en los primeros cuatro meses del año, ascendieron a 43 mil 115 las atenciones médicas, prácticamente el 40 por ciento del total de las registradas el año anterior, de acuerdo a información del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social de la SSP.
Infecciones en vías respiratorias y gastrointestinales, hipertensión arterial, dolor de cabeza o de articulaciones, y afecciones relacionadas con estrés son de los padecimientos más comunes entre los huéspedes de los penales federales.
Los servicios médicos del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 2 de Occidente, en Jalisco, son los que tienen mayor actividad.
En el penal de máxima seguridad que en enero registró una población de 611 internos, se ofrecieron 38 mil 292 consultas el año pasado y 14 mil 653 entre enero y abril.
La SSP reportó que los principales problemas de salud son rinitis, dolor de cabeza, articulaciones, muelas, y trastornos funcionales del colon.
Los aproximadamente 650 internos del Cefereso 1 del Altiplano, en el Estado de México, también acuden en un alto índice al doctor, principalmente por infecciones en garganta, tiña, hongos en uñas, problemas de ácido pépticos, dolores, estreñimiento y esguinces o luxaciones.
En la cárcel de máxima seguridad más conocida del país se contabilizaron 23 mil 253 consultas médicas el año pasado y ocho mil 443 durante el primer cuatrimestre.
Ahí los presos también sufren de infecciones en vías urinarias y gastrointestinales y otitis.
Las enfermedades en las vías respiratorias son las más comunes también entre los internos del Cefereso 3 del Noreste, ubicado en Matamoros, Tamaulipas, donde el año pasado se otorgaron 15 mil 735 consultas.
La población de unos 517 internos del tercer penal de máxima seguridad en importancia solicita servicio médico por enfermedades ácido pépticas, rinitis alérgica, estreñimiento, dolor de cabeza y colon irritable.
Entre los 629 presos del Cefereso 4 del Noroeste, que se encuentra en Tepic, Nayarit y es de mediana seguridad, el mayor problema de salud atendido es la obesidad y padecimientos relacionados, como dislipidemia, hipertensión y diabetes.
Los padecimientos en sistema digestivo y vías respiratorias e incluso hepatitis C también se atendieron en las 14 mil 368 consultas otorgadas en 2007.
Ubicado en Ciudad Ayala, Morelos, y destinado a tratar presos con enfermedades mentales, el Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial (Ceferepsi) registró 15 mil 114 consultas médicas.
Tiene menos de 300 presos, quienes en su mayoría buscan atención por dolores de espalda y articulaciones, y enfermedades de la garganta, como catarro, rinofaringitis y faringoamigdalitis.
Les siguen diarrea aguda, colitis, dolor de cabeza, infección en vías urinarias, diabetes mellitus e hipertensión.
A pesar de tener el mayor número de internos, la Colonia Penal de Islas Marías, en el Pacífico, tiene un bajo índice de consultas.
Los servicios médicos realizaron dos mil 288 consultas para los alrededor de mil 127 internos, lo que corresponde a un promedio de dos por cada preso. Después de las infecciones respiratorias y las contusiones, la enteritis -inflamación de los intestinos- es la afección más tratada.
Al ser el único penal federal con población femenina, el cuarto padecimiento tratado por los médicos es por infecciones cérvico-vaginales.
Acusan
deficiencias en atención médica
La gripe parece ser eterna cuando se está preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano.
Según el testimonio de un abogado, su cliente ha padecido la enfermedad unas 10 veces a lo largo del año que lleva interno en el Centro Federal de Readaptación Social número Uno mientras es procesado por el delito de delincuencia organizada.
“Le dieron una pastilla 15 días después de que estaba con gripe, la gripe se contagia, con uno que la tenga se la pega a los demás porque no se combate”, dijo.
Afuera del penal, el litigante asegura que la atención médica es deficiente y no se remedian con prontitud ni efectividad las afecciones de los presos.
Por eso prefiere no identificarse ni otorgar el nombre de su cliente y su situación jurídica, pues afirma que sufriría represalias por parte de las autoridades del Cefereso, como rechazar su ingreso.
“Aquí siempre es invierno, hace frío los 365 días del año, duermen en cemento, se les vuelve crónica la gripe, las infecciones estomacales, aquí empiezan enfermándose por algo muy sencillo y se les vuelve crónico”, dijo.
El penal de máxima seguridad está ubicado en el municipio de Almoloya de Juárez, Estado de México, donde prevalece el clima templado y llueve de tres a cuatro meses durante el año.
Según el reglamento de los Centros Federales de Readaptación Social, el área de Servicios Médicos por lo menos debe contar con los insumos del cuadro básico de medicamentos de la Secretaría de Salud.
Además de proporcionar la atención necesaria a los internos, los Servicios Médicos tienen la encomienda de realizar campañas permanentes de prevención y erradicación de enfermedades.
Sin embargo, el abogado también acusa que la alimentación es deficiente, lo que origina que carezcan de defensas para evitar las enfermedades.