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Revela carta estrecha relación de Wojtyla y el santo Padre Pío

El Papa Juan Pablo II llevó al “honor de los altares” y convirtió en santo al Padre Pío de Pietrelcina el 16 de junio de 2002. (Archivo)

El Papa Juan Pablo II llevó al “honor de los altares” y convirtió en santo al Padre Pío de Pietrelcina el 16 de junio de 2002. (Archivo)

Notimex

Una carta inédita apenas publicada demuestra la estrecha relación que existió entre Karol Wojtyla antes de ser el Papa Juan Pablo II y el santo Padre Pío, místico del siglo XX en cuyas manos portaba los estigmas de Cristo.

Conocida como “la tercera carta” y fechada el 14 de diciembre de 1963, su contenido deja ver que la relación entre ambos personajes no se remitió sólo a unos cuantos contactos, como se pensaba, sino a un vínculo epistolar más amplio.

El descubrimiento de la misiva lo llevó a cabo el postulador de la causa de canonización del Papa polaco, Slawomir Oder, en los archivos de la arquidiócesis de Cracovia.

El texto estaba integrado en el “Fondo K. Wojtyla BI3123” y se trata de una copia a máquina en idioma italiano de la original.

El Padre Pío de Pietrelcina fue un religioso italiano que ganó gran fama en la década de los 50 del siglo pasado por haber recibido el don de los estigmas, además de tener facultades como la de curar enfermos y ser un prodigioso confesor.

“Muy Reverendo Padre, la paternidad vuestra recordará ciertamente que ya algunas veces en el pasado me permití recomendar a sus oraciones casos particularmente dramáticos y dignos de atención”, escribió en 1963 Karol Wojtyla.

En aquella época era aún obispo auxiliar de Cracovia y según las informaciones en poder de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano sólo había pedido intercesión por una persona al religioso italiano.

En una carta de noviembre de 1962 el prelado solicitó al milagroso hermano de Pietrelcina sus oraciones por una mujer de su diócesis que estaba enferma de cáncer, era Wanda Poltawska, amiga cercana de quien después sería Juan Pablo II.

Quienes asistían al Padre Pío (ya recibía numerosas solicitudes de intercesión desde varias partes del mundo) relataron que al recibir el sobre de Wojtyla el religioso exclamó “a esta persona no puedo decirle que no”.

Poltawska curó milagrosamente de su tumor. Hasta la actualidad sólo se tenía noticia de esa primera misiva y una segunda en la cual el obispo polaco agradeció al Padre Pío.

MÁS PETICIONES

Con la aparición de la “tercera carta” se descubrió que la relación epistolar entre ambos fue mucho más amplia de esos dos mensajes y que, incluso, hubo más de una solicitud de intercesión por enfermos.

“Quisiera agradecerle vivamente, incluso a nombre de los interesados por sus oraciones a favor de una señora enferma de cáncer y del hijo de un abogado de Cracovia, gravemente enfermo desde el nacimiento, ambas personas (...) están bien”, continuó el escrito.

Aunque se desconoce la identidad de ese niño, este párrafo deja en claro que existieron más epístolas que las descubiertas hasta el momento y que fueron varias las curaciones “milagrosas” por intercesión del hoy santo italiano.

En el siguiente párrafo de la carta, Wojtyla pidió oraciones por un nuevo enfermo, una “mujer paralizada” y agregó una solicitud especial por el trabajo religioso que le tocaría encabezar en los siguientes meses.

“Al mismo tiempo me permito recomendarle las ingentes dificultades pastorales que mi pobre obra encuentra en la presente situación”, escribió.

Estas “ingentes dificultades” parecen estar relacionadas con el momento que estaba viviendo el entonces obispo auxiliar de Cracovia Wojtyla quien, desde junio de 1962, era “administrador apostólico” de esa diócesis por la muerte de su titular Eugeniusz Baziak.

Como responsable temporal de esa demarcación eclesiástica había lidiado con diversos problemas políticos como la toma de parte del Gobierno comunista al edificio del seminario local.

Al mismo tiempo la Iglesia de Polonia llevaba a cabo tensas negociaciones con las autoridades para encontrar al sucesor de Baziak, en dos ocasiones el cardenal primado del país, Stefan Wyzinsky, había presentado ternas de candidatos rechazadas.

Finalmente el 30 de diciembre de 1963, 16 días después de la “tercera carta” Karol Wojtyla fue nombrado arzobispo de Cracovia, desde donde se convirtió primero en cardenal y después en Papa.

Como Pontífice fue el mismo Juan Pablo II quien llevó al “honor de los altares” y convirtió en santo al Padre Pío de Pietrelcina el 16 de junio de 2002.

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