El representante y consejero del presidente sudanés, Mustafa Osman Ismail, reveló ayer la existencia de un plan con Estados Unidos para resolver el conflicto en la región occidental de Darfur.
Ismail, de visita en El Cairo, explicó que durante su reciente viaje a Washington acordó con la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, “una hoja de ruta bajo una visión conjunta” para dar salida al conflicto étnico en Darfur.
Asimismo, el emisario señaló que se están haciendo esfuerzos internacionales para “encontrar una solución que convenza a los refugiados (de Darfur) para que vuelvan a sus casas, así como hacer comprender a los que se levantaron en armas para que las dejen a un lado” .
Hace dos días, el régimen de Jartum anunció que trataría de resolver los asuntos pendientes que impiden la normalización de las relaciones con EU en el plazo de cuatro meses, tras una reunión entre el ministro des Exteriores sudanés, Dineq Alour, y el enviado especial estadounidense en Sudán, Richard Williamson.
Entre esos asuntos se encuentran las sanciones impuestas por Washington contra Jartum por la violencia en Darfur y la inclusión de Sudán en la lista estadounidense de regímenes que patrocinan el terrorismo internacional.
El conflicto de Darfur estalló en febrero de 2003 cuando dos movimientos rebeldes se alzaron en armas, a causa de la pobreza y marginación en la zona y por el control de los recursos naturales.
Desde entonces unas 200 mil personas han muerto y otros dos millones se han visto obligadas a alojarse en campamentos de refugiados en Sudán y Chad.
Piden a Occidente mayor presión a líderes rebeldes
El enviado especial de China para asuntos africanos, Liu Guixin, reprochó ayer a Occidente su falta de “entusiasmo” a la hora de presionar a los líderes rebeldes de Darfur para que se siente en la mesa de negociación con el Gobierno sudanés.
“Yo no digo que (Occidente) no quiera utilizar su influencia sobre los dirigentes de los movimientos que se encuentran en sus capitales, pero sí pido que desempeñe un papel mayor”, dijo Liu en una rueda de prensa celebrada ayer en Jartum antes de regresar a China.
El enviado chino puntualizó que los países occidentales “no han puesto mucho entusiasmo en este asunto”.
Asimismo, Liu afirmó que Pekín trabajará en serio para normalizar las relaciones entre Jartum y la comunidad internacional y que intentará ponerse de acuerdo con las autoridades sudanesas para acelerar el proceso mientras los países occidentales usan su influencia sobre los dirigentes rebeldes.
Liu subrayó que China trabajará para “levantar un puente y no un muro que impida los contactos” entre Sudán y Occidente.
El Gobierno chino anunció el pasado mayo la creación del cargo de enviado especial para asuntos africanos ante las crecientes críticas a Pekín por su posición en el conflicto de Darfur y el aumento de ataques a intereses chinos en ese continente.