Investigadores siguen arrojando nuevos datos acerca del cuadro más famoso de Leonardo Da Vinci.
EL UNIVERSAL
CIUDAD DE MÉXICO.- Veit Probst, director de la Biblioteca de la Universidad de Heidelberg, en el noreste de Alemania, asegura conocer la verdadera identidad de la mujer que aparece en La Mona Lisa.
Según Probst, la mujer en el cuadro de Leonardo Da Vinci era hija de Antonio de Gherardini, comerciante de lana y también fue esposa de Francesco del Giocondo, que comerciaba con seda, informó la página agi.it.
El funcionario, que además es director de la sección especial de manuscritos en esa biblioteca, descubrió la identidad de la mujer en un viejo texto, pues tenía una nota escrita en uno de los costados, en la que se consideraba a la joven, probablemente llamada Lisa Gherardini. Probst señaló que el manuscrito era propiedad de un contemporáneo de Da Vinci.
Hasta ahora han existido diversas teorías respecto de la verdadera identidad de la mujer que aparece en el cuadro, incluso se llegó a pensar que era una amante de Leonardo o una representación femenina del pintor.
El profesor anunció que publicará un artículo con toda la información de los estudios realizados al manuscrito.
Cabe mencionar que durante siglos la Mona Lisa ha seducido a aficionados del arte incapaces de resistir conjeturas sobre sus orígenes y significado. Pero apenas hace unos meses el investigador parisino Pascal Cotte alegó tener algunas respuestas, incluyendo la suerte de las cejas y pestañas famosamente ausentes del enigmático cuadro.
Dice que pruebas ultradetalladas realizadas con escáner digital le permitieron cavar efectivamente a través de las capas de pintura para “ver” el pasado del retrato que Leonardo Da Vinci hizo en el Siglo XVI, el cual sí incluía originalmente cejas y pestañas, según el francés, quien dice sus escáners de 240 megapixels revelan rastros de la ceja izquierda, borrada hace años en esfuerzos de restauración.
Cotte, de 49 años, calcula que ha pasado unas tres mil horas analizando data de las imágenes que escaneó en el laboratorio del Louvre hace tres años. Usando sensores para detectar luz tanto del espectro visible como de los rangos infrarrojo y ultravioleta invisibles para el ojo humano, Cotte dijo que pudo descubrir lo siguiente que Da Vinci cambió de parecer sobre la posición de dos dedos de la mano izquierda de la Mona Lisa, además su rostro iba a ser más ancho y su sonrisa más expresiva de lo que fue en su cuadro final y añadió que su análisis también reveló lo que dice creer son los colores originales de la obra maestra que parece saturada de verdes, amarillos y marrones.
