La escolta de Fernando Martí, Christian Salmones Flores, a quien la Procuraduría del Distrito Federal reportó como muerto, en realidad sobrevivió al ataque de los secuestradores y es ahora testigo clave.
El sobreviviente ha declarado los pormenores de cómo ocurrió el secuestro, a principios de junio. Cuando lo encontraron, Salmones sólo presentaba heridas, pero por conveniencia, la Procuraduría del Distrito Federal anunció que estaba muerto.
La Procuraduría documentó que la banda que secuestró y asesinó a Fernando Martí Haik está integrada por policías de varias corporaciones del país, y que utilizan sus cargos para obtener información privilegiada y escoger a sus víctimas.
Cuando aún se recuperaba de la golpiza recibida, Salmones Flores declaró ante el Ministerio Público que el día del plagio del menor se dirigían a la escuela cuando un retén policiaco con al menos quince hombres uniformados de azul les marcaron el alto y los llevaron a una casa de seguridad.
El escolta relató, entre otras cosas, que ese día iban en el auto BMW en el que cotidianamente trasladaban al menor al colegio. Fernando estaba en el asiento trasero, el chofer al volante y él en el asiento del copiloto.
Los bajaron a los tres y fueron golpeados, luego los metieron a un Corsa gris también robado.
Según el expediente del caso, las autoridades judiciales capitalinas lograron sustentar que el asesinato de Fernando Martí es un caso de delincuencia organizada, y que los dos policías detenidos hasta ahora como probables responsables forman parte de una red criminal. Ambos agentes judiciales y un vendedor de celulares están arraigados.