El reclamo del aspirante presidencial del Partido Republicano, John McCain, de una atención a su campaña equivalente a la de su rival demócrata ha quedado satisfecho. Igual que sucediera con Barack Obama, McCain tiene ya su propia y sarcástica portada.
En lo que fue descrito como un “egoísta acto de solidaridad”, la revista Vanity Fair difundió en su portal la portada de su nueva edición, que parodia a McCain y a su esposa Cindy. De ese modo, la revista aludía al escándalo desatado la semana pasada, cuando su “vecina”, The New Yorker, difundió en su portada una caricatura de Obama y su esposa, Michelle, en la que él aparecía vestido como musulmán y ella como una guerrillera. El equipo de Obama calificó la sátira como de “muy mal gusto” y “ofensiva”.
Ahora, Vanity Fair decidió salir en defensa de The New Yorker. La caricatura es muy parecida: John y Cindy también chocan puños, como en el dibujo sobre su rival.
Sólo que esta vez, en vez de salir vestido como musulmán, el senador por Arizona viste de traje, pero en clara alusión a su edad, lleva una andadera para caminar. Cindy, por su parte, no lleva un rifle, sino un montón de frascos de pastillas.
En vez de que la bandera de Estados Unidos arda en la chimenea, como en la ilustración de The New Yorker, es la Constitución la que se quema. No hay un retrato de Osama bin Laden, pero sí uno de un símil del presidente George W. Bush.