En esta toma aérea se aprecia la parte del vaso de la Laguna de Mayrán que ha sido ocupada por las aguas del río Nazas. (Fotografía de Ramón Sotomayor)
Una “revuelta” de los pobladores del ejido Guadalupe Victoria de Matamoros, pegada al río Nazas, impidió que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) pudiera tumbar un bordo para aliviar la presión del cauce que amenazaba a comunidades aledañas.
Si bien directivos de la Conagua se comprometieron desde el sábado con el Gobierno de Coahuila a tumbar el bordo, los habitantes del ejido trataron de impedirlo porque pensaban que la obra iba a perjudicarlos e inundar la comunidad, explicó Óscar Gutiérrez Santana, director de Cuencas Centrales del Norte de la Conagua.
“Había psicosis” entre los pobladores del ejido, relató Gutiérrez Santana, y se temió que reaccionaran con violencia contra los funcionarios de Conagua al pensar que la obra los afectaría.
Ayer, el Gobierno Estatal criticó a la Conagua por haber abandonado el lugar sin haber quitado el bordo, que representaba un dique y amenazaba con inundar las zonas cercanas al río a la altura de la presa de Guadalupe.
La Conagua había anunciado que tumbarían el bordo para desfogar el agua a través de un campo de cultivo aledaño al ejido que invadía el lecho del Nazas.
Gutiérrez Santana mostró una foto satelital donde se aprecia que el cauce se hace angosto antes de llegar a la presa de Guadalupe, lo cual aumentaba la presión del agua.
“Nosotros buscábamos protegerlos”, dijo Gutiérrez Santana, quien admitió que tuvieron que detener la obra para explicar a los pobladores cuál era el objetivo.
Los habitantes del ejido exigieron que se reforzara con bordos la ribera para que el agua no los afectara. Gutiérrez Santana dijo que hoy podría eliminarse el bordo para ensanchar el cauce del Nazas.
Por otra parte, la Conagua disminuyó la extracción de agua de la presa Lázaro Cárdenas de 300 a 203 metros cúbicos por segundo (m3/s), mientras que la Francisco Zarco se mantuvo en 300 m3/s.
La disminución fue posible debido a que han bajado los escurrimientos en la cuenca alta del Nazas hacia la presa, que ahora se ubican en 149 m3/s, casi una décima parte de lo registrado la semana pasada.
Gutiérrez Santana dijo que el volumen que recibe la presa Francisco Zarco estaba subiendo, por lo que se decidió enviarle menos agua de la que suelta. “De esta forma, incrementamos el colchón en la presa Zarco”, dijo, y señaló que se espera que las dos presas disminuyan sus almacenamientos pues no se prevén lluvias en la cuenca alta.
La presa Lázaro Cárdenas registró ayer el 118 por ciento de su capacidad, con una entrada de 149 m3/s. La Zarco presenta un almacenamiento del 84 por ciento.
