El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Con 25 años de edad, el matador de toros madrileño Reyes Ramón Peña llega a México en busca de consolidarse en la baraja taurina, y para ello, afirma, tiene un respaldo de 70 corridas, las cuales empezó a sumar a partir del 20 de septiembre de 2003.
La alternativa le llegó luego de una gran campaña como novillero y la tomó de manos de “Rafaelillo” y Sergio Martínez en la Plaza de Toros de Toledo, donde entró por la puerta grande luego de cortar cuatro orejas y un rabo.
En su breve andar por los ruedos mexicanos, Reyes Ramón suma tres festejos, el primero el 25 de diciembre en Apizaco, Tlaxcala, donde a pesar de que la corrida no fue de lo mejor, logró cortar una oreja y salir en hombros de la plaza. Posteriormente se presentó en Puebla, lugar donde una vez más pudo cortar una oreja y dejó una grata impresión entre los asistentes al festejo.
Y justo el domingo 20 de enero en la Plaza de Toros “Salvador Barrera” de Ciudad Lerdo, alternó en un mano a mano con el diestro lagunero Mario Mora.
“Me gusta México, creo que es un país muy bonito, y como torero español que soy tengo la responsabilidad de demostrar el porqué he llegado del extranjero a esta tierra. Sé que la exigencia es natural para un elemento como yo, pero puedo decir que en términos generales he sido tratado de maravilla en este país”.
El matador español se definió como un torero con sentimiento, que gusta de sentir la presencia del toro, los muletazos y en sí todo lo que se refiera al toreo clásico, no obstante, reconoce que en ocasiones, de acuerdo a las características del toro, se requiere del arrojo y gallardía.
Aunque no de gravedad, el madrileño tampoco ha sido ajeno al dolor de las cornadas, y para muestra luce las cicatrices en su cuerpo, una en el cuello y dos más en el muslo izquierdo, mismas que lejos de disuadirlo en su idea por convertirse en figura de la fiesta brava asegura le han forjado su carácter y deseos por seguir muy cerca del toro, aún a pesar del peligro que ello representa.
EL MIEDO, FACTOR
PARA EL TRIUNFO
“Quien diga que no tiene miedo, no es torero. El miedo se lleva por dentro y puedo asegurar que es un factor que ayuda al elemento, y entre más se tenga, es mayor la responsabilidad de ir por el triunfo. Lo importante es esconderlo y demostrar que se tienen los conocimientos y técnicas necesarias para enfrentar al toro”.
Al referirse a las diferencias en la fiesta brava española y mexicana, dijo que se tienen algunos factores muy marcados, donde se destaca el mismo toro, cuyo embiste es diferente y la forma de llevar la faena, ya que en España el torero tiene diez minutos para terminar con el astado a partir de que toma la muleta, mientras que en México el torero puede durar todo el tiempo que considere necesario mientras el toro responda a los muletazos. “Este cambio debe llevarse a España, creo que ayudaría mucho a la fiesta brava, a fin de hacerla más intensa e interesante para toreros y aficionados”.
ADMIRA AL “PANA”
Y A DAVID SILVETI
A dos meses de estancia en México, Reyes Ramón afirma ser uno de los fieles admiradores de Rodolfo Rodríguez “El Pana”, a quien califica como un torero bohemio y misterioso, quien por sí mismo es diferente a todos. “Para ser torero hay que ser un poquito loco y el ‘Pana’ tiene eso”.
De igual forma, afirma que una de las grandes figuras mexicanas, a las que considera auténticos iconos del toreo mexicano, fue David Silveti (q.e.p.d.). “Siempre ha sido mi espejo, ya que a mí me gusta el toreo relajado, elegante y de muñeca rota, cualidades que vi siempre en él y que de algún modo me marcaron”.
De su natal España, se dijo admirador de Enrique Ponce y en sí de todos aquellos elementos que practican el toreo antiguo, quienes saben transmitir el sentimiento que llevan dentro y logran envolver con su desempeño al público.