De un día para otro los planes pueden cambiar, cuando se trata de acomodar las piezas en ese rompecabezas que es armar un equipo de beisbol; la directiva de Vaqueros Laguna partió de la amarga experiencia de 2007, cuando el equipo estaba en zona de play off, pero vinieron aquellas nueve derrotas en fila para terminar con toda esperanza de ir a la postemporada, aún se busca una explicación para entender aquella horrible e inoportuna racha.
Cuando faltaba mucho para el arranque de la temporada 2008, Carlos Gómez del Campo fue claro al señalar que el vestidor era una de sus principales preocupaciones, el presidente ejecutivo de Vaqueros sabe que un grupo dividido no puede alcanzar sus objetivos y se pretende evitar a toda costa que esa misma situación se repita este año.
Ahí precisamente empieza el reto de Ramón Esquer, porque mandar señales desde el dougout o el cajón de coach de tercera, no es lo más difícil del beisbol, sino mantener a un grupo verdaderamente unido. El nuevo estratega de Vaqueros Laguna tendrá apenas su primera experiencia como tal en Liga Mexicana, él sabe que se va a equivocar, es consciente de que habrá lesiones, malas rachas y otras cosas propias del beisbol, pero hoy su fe se basa en conseguir que cada uno de los integrantes del plantel vayan hacia el mismo lado y tengan un objetivo común.
El éxito de los grandes managers en la historia del rey de los deportes, se basa en ser auténticos líderes. El estira y afloja entre directiva y jugadores viene a ser un aspecto normal año con año y es mejor levantar la mano a tiempo y manifestarse inconforme, que guardar silencio y provocar posteriormente situaciones que desestabilizan al grupo.
Ayer varios jóvenes que soñaban con un lugar en el equipo de Liga Mexicana, fueron notificados que su futuro está en la Liga Rookie de la Academia de El Carmen, seguramente el sentimiento de tristeza los invadió para ubicarlos en un momento importante de sus respectivas carreras, aceptar el reto o claudicar. Ayer un jugador no estuvo de acuerdo con sus percepciones económicas y prefirió irse a casa. Todas las decisiones que en su momento se toman, finalmente van a repercutir en el desempeño del equipo, en lo individual cada elemento tendrá su beneficio o perjuicio, pero lo más importante siempre tiene que ser la organización, por todo lo que representa.
Ayer estuvimos presentes a lo largo de toda la práctica de Vaqueros en el Estadio de la Revolución y fue halagador ver a una buena cantidad de jóvenes trabajar con entusiasmo en busca de un objetivo. Entre los más adelantados está José Alonso Castañeda, que ya en 2007 dio muestras de sus cualidades, hoy este elemento es una opción muy confiable tanto para las paradas cortas como en la tercera base. Rolando Pereyra y Óscar Carrillo son muy seguros defensivos en el cuadro y están cerca de ser considerados en el roster de 28 peloteros.
Se vio a un Juan Carlos Canizález trabajar con verdadero entusiasmo, el “Canelo” hoy es un hombre agradecido con la organización, por la oportunidad que se le brinda de mantenerse en la Liga Mexicana. El mazatleco es el segundo mejor bateador en activo en la historia de la Liga Mexicana del Pacífico y existe confianza en que sus males físicos le permitan poner su granito de arena para que la ofensiva alcance mayor profundidad y sea balanceada.
Y vaya ejemplo el de Juan Antonio León, hace escasamente dos años afectado por una seria enfermedad que no sólo puso en peligro su carrera, sino su propia vida, el de Las Crucecitas ganó la principal batalla, pero hoy su lucha es por retomar su sitio en el beisbol, su esfuerzo en la pretemporada ha sido intenso y el triunfo en otro ámbito está muy cerca. Toño también tomó una decisión y a corto plazo se le ve más optimista que nunca. El beisbol y la vida suelen dar oportunidades, pero en ocasiones son tan escasas que no se pueden desperdiciar.