Diez años pasaron para que Juan Manuel Palafox volviera a iniciar un partido en el Estadio de la Revolución como parte del equipo de casa; el de Peñitas, Nayarit, tuvo momentos como los que lo encumbraron no sólo en la Liga Mexicana de Verano, sino en toda la pelota profesional de nuestro país. Los mejores momentos de Juan Manuel fueron al ponchar en dos ocasiones a Kit Pellow, mientras que dos baches tuvo en su trabajo de cuatro entradas, en la tercera cuando Jorge Luis Valle, Carlos Álvarez y José de Jesús Muñoz le ligaron imparables. En el cuarto inning, ya con dos outs, Cristhian Presichi recibió pelotazo, se robó la segunda, Jorge Luis Valle volvió a dar imparable, vino un wild pitch y Carlos Álvarez lo imitó.
Finalmente la derrota fue dolorosa porque se combinó con el triunfo de Chihuahua sobre Monclova, para provocar un empate en la tercera posición. Mario Valdez y Melvin Nieves se poncharon consecutivamente con casa llena, en lo que fue el momento de hacerle daño a Héctor Manuel Rodríguez, ese zurdo de Saraperos que parece sentirse como pez en el agua cuando lanza en el Estadio de la Revolución.
Hoy, cuando Vaqueros Laguna está sumido en profunda crisis, debido a varias razones, es momento de levantar la cara, y la directiva lo ha hecho, se tomó la decisión de tener tres bateadores extranjeros y la medida se antoja lógica, aunque el venezolano Robert Pérez, molesto por haberse enterado a través de la prensa escrita de su pase al equipo naranja, se niega a venir, este cañonero debió haber estado ya en el line up de Ramón Esquer desde el viernes anterior, pero su enojo ha sido mayúsculo y ahora rechaza una mejoría económica muy sustancial.
Parte de la crisis de Vaqueros Laguna se debe a la gran cantidad de lesionados, en donde la lista se compone de Juan Carlos Canizález, Luis Carlos García, en su momento Iván Araujo, Fernando Barreras, Juan Antonio León, Alejandro Ramos, Héctor Chavarría, Mario Valdez, Sergio Gastélum, José Natividad y Vinicio González.
Ahora el staff de lanzadores contempla en su rotación de abridores a Juan Delgadillo, Alberto Manrique, Juan Manuel Palafox, Randy Gálvez y el zurdo Andy Van Hekken, que en Monclova enseñó recursos que lo convierten en una buena opción, aunque su nombre va a sonar siempre que se mencione el de otro bateador extranjero que venga a unirse a Dionys César y Melvin Nieves.
Un gran aficionado como Óscar Caro, al que todos los días vemos en su palco atrás de home, ha señalado en repetidas ocasiones que lo que más urge a Vaqueros Laguna es un manager de experiencia, y le pone nombre en la persona de Derek Bryant, el sentir de este aficionado no es único, sino que lo comparten algunos más. En este punto, sin embargo, es importante decir que la directiva de Vaqueros decidió darle la oportunidad a Ramón Esquer para tener un manager propio con un amplio futuro por delante, aunque cuando las crisis de resultados se agudizan ya se sabe por dónde se rompe el hilo.
Esquer indudablemente conoce el beisbol, al ser su bautizo en Liga Mexicana seguramente se ha equivocado y eso es normal si se ven errores de managers con muchos años de trayectoria. Lo que sí sería lamentable es que en Vaqueros Laguna el vestidor se dividiera como sucedió en 2007, ya se ha dicho que la labor más complicada del manager es mantener unido a su grupo de peloteros y hacerlos que en su momento todos jalen hacia el mismo lado.
En la actualidad es muy evidente ver que fulano o zutano fallan con el bat a la hora buena, también lo es el hecho de que los refuerzos del pitcheo no han entregado las cuentas positivas que se esperaban; las fallas del cuerpo técnico afloran para los buenos aficionados y conocedores del beisbol que día con día se dan cita en el Estadio de la Revolución; quizá faltaría espacio para hablar de las cosas que no han salido de acuerdo a lo planeado. El momento es de unir esfuerzos, el equipo cuenta indudablemente con peloteros de calidad, pero los imponderables del beisbol le han cargado la mano a Vaqueros Laguna, y no nos referimos solamente a la gran cantidad de lesionados.