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Rinden homenaje a ex combatientes de Escuadrón 201

El Universal

Sesenta y tres años de historia han doblado a algunos de los pilotos y mecánicos sobrevivientes del Escuadrón 201, pero no han averiado sus memorias.

Los aguiluchos del 201 partieron en 1945 a Luzon, en las Filipinas, con una dotación de 299 integrantes: 30 pilotos de combate y el resto personal de tierra, entre mecánicos, médicos, enfermeros, personal de transmisiones y de materiales de guerra.

De esos 30 pilotos de pelea, hoy sólo quedan dos. Uno de ellos es el teniente Jaime Cenizo Rojas, quien participó en 14 de las 50 misiones cumplidas por el Escuadrón 201 en el lejano Pacífico. Fue el militar que más acción vio en “raids” cerca de la isla de Luzon, base de la Fuerza Expedicionaria.

Los recuerdos vienen a su mente como flashazos precisos y admite que en algún momento de las misiones pensó que nunca regresaría a México con vida.

Su familia también pensó lo mismo, pero siempre lo apoyó y esperó su regreso.

“Tuve muy buena suerte y en aquella época no me tocó ver caer a ninguno de mis compañeros”, dijo al término de la ceremonia del 63 aniversario luctuoso de cinco de los integrantes del 201, realizada en el Bosque de Chapultepec. Entre militares en servicio y un puñado de compañeros sobrevivientes, se siente satisfecho de que por fin un presidente se haya acordado de ellos, pues en el evento de hoy, Felipe Calderón se convirtió en el primer presidente de la República que encabeza la ceremonia de aniversario del grupo armado.

Junto a él, el coronel Justino Reyes Retana, el segundo piloto sobreviviente del Escuadrón 201, dijo que también se siente feliz por la presencia del mandatario, mientras apoyado en un bastón mira a sus compañeros de pelea que por unos minutos son el centro de atención de todos.

Su recuerdo es diferente al del teniente Cenizo. Para este piloto del cazabombardero P-47 Thunderbolt, la juventud fue una aventura en la que “nadie le tiene miedo a nada y todo nos parece hermoso”.

Siempre estuvo seguro que regresaría de la misión en Filipinas.

El humo de la pólvora usada en los 21 cañonazos de salva en honor a los caídos y a los veteranos sobrevivientes permaneció por unos momentos en las inmediaciones del monumento al Escuadrón 201, flotaba aún al escuchar a estos dos hombres.

Luego, los cadetes del Colegio Militar y del Colegio del Aire se retiraron a paso marcial mientras una sección del Cuerpo de Paracaidistas se marchó entonando exhortos.

Los ex combatientes se marcharon poco a poco, en medio de abrazos y deseos de volver a coincidir el año próximo, si el “alto mando” no dispone otra cosa.

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