Rogelio Ramos actuó en el Nazas con el show Bienvenido Paisano. (Fotografía de Jesús Hernández)
Una vez más lo logró. Rogelio Ramos se anotó otro éxito su carrera al reunir a cientos de laguneros en el Teatro Nazas.
Abuelitos, papás, sobrinos, hermanos, primos, tíos y una que otra pareja de enamorados se dieron cita en el Nazas para reír una y otra vez con las ocurrencias que presentó el comediante en su nuevo show Bienvenido Paisano.
Fueron dos funciones las que ofreció al público, 7:30 de la tarde y 9:30 de la noche. La segunda comenzó 25 minutos después de lo programado, lo cual no importó a los espectadores, pues desde que inició y hasta que culminó el espectáculo no dejaron de carcajearse.
La academia Spazio Di Ballo fue la encargada de abrir el evento con la participación de varias de sus integrantes comandadas por Dora Juárez y Dora Martínez. Con atuendos en tonos rojo y blanco las jóvenes bailaron una moderna y vistosa coreografía.
En seguida, ataviado con un traje negro, camisa rosa y corbata en tonos rojos y azules Rogelio apareció en el escenario sentado en un sillón verde que según dijo, se lo trajo de Estados Unidos porque unos gringos ya lo habían tirado a la basura.
“Les agradezco mucho que estén aquí esta noche en la que el Santos ya es campeón, ya se acabó la fiesta señores, ¡Ya!, no hay más excusas para agarrar el ped... Chequen el billete que le metimos a este show de Bienvenido Paisano, no es cualquier chin..., vean nomás este sillón que me lo traje del otro lado porque luego ya vez como son los gringos que tiran las cosas y todavía sirven”.
Y como ya lo había dicho en entrevista con esta casa editora, Ramos divirtió con singulares comparaciones entre los estadounidenses y los mexicanos que radican en el país del Tio Sam. Como por ejemplo, simuló una charla en la que un gringo presume que su hijo estudió derecho en Harvard mientras que el mexicano le dice que su retoño es ingeniero, “ta’ no se recibe anda de albañil, pero para allá va tiene mucho futuro, ah y es muy bueno para electrocutarse”.
El misterio sobre si un nacido en tierra azteca gobernará la Unión Americana quedó resuelto. “Primero que nada pintaría de rosa mexicano la Casa Blanca, pondría una imagen enorme de la Virgen de Guadalupe y en la cocina siempre habría agua de horchata, jamaica y tamarindo”.
Con cada historia que contaba Ramos lograba que cada asistente no perdiera la sonrisa de su cara. Había quienes hasta se agarraban el estomago de tanta risa y no faltaba uno que otro asistente que hasta se le salían lágrimas, pero de felicidad claro.
La incógnita acerca de que si el equipo de astronautas que descubrieron la luna hubiese sido mexicano la aclaró perfectamente. “Nombreee otro pe... hubiese sido. Primeramente la nave olería al aromatizante vainillo cotorro, decorada con peluche por todos lados, con calcamonías que dirían ‘Te ayudo con las petacas’ y en lugar de decir ‘Houston tenemos problemas’ dirían ‘Bermejillo, Bermejillo’, ‘Cuencame, Cuencame, central de gorditas’”.
La parte musical quedó a cargo de Julio Aguilar y Rafael Carreón, quien interpretó con su peculiar estilo algunos temas en inglés y en español para deleite de todos los que asistieron al recinto cultural de Matamoros y Cepeda.