Refugiados georgianos huyen mientras tropas rusas pasan con sus vehículos blindados por la ciudad de Gori en dirección a Tiflis, Georgia.
Tanques rusos se adentraron aún más en territorio de Georgia y llegaron hasta la estratégica ciudad de Gori.
Tanques rusos se adentraron aún más en territorio de Georgia ayer y llegaron hasta la estratégica ciudad de Gori, violando una tregua negociada por la Unión Europea que buscaba acabar con un conflicto militar de seis días que ha desplazado a unas 100 mil personas.
Mientras que la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, exigió ayer a Rusia que ponga fin “de inmediato” a sus operaciones militares en Georgia, y pidió respeto a la operación humanitaria que ha puesto en marcha Estados Unidos.
Las autoridades georgianas acusaron a Rusia de violar la tregua y dijeron que Gori fue saqueada y bombardeada por los rusos. La ciudad de 50 mil habitantes está junto a la única carretera importante entre el Este y el Oeste de Georgia y a unos 25 kilómetros (15 millas) al Sur de la frontera con Osetia del Sur, una provincia separatista donde ha ocurrido la mayoría de los combates.
Un reportero vio más tarde decenas de tanques y vehículos del Ejército ruso saliendo de Gori, pero avanzando hacia el Sur.
Los soldados saludaron a los periodistas y un soldado le gritó a una fotógrafa: “¡Ven con nosotros, guapa, que vamos a Tiflis!”
Aunque el soldado se refirió en broma a un avance inexistente hacia la capital de Georgia, parecía evidente que Rusia y sus aliados separatistas estaban tratando de aumentar el territorio bajo su control.
Al oeste, fuerzas separatistas abjasias respaldadas por el poderío del Ejército ruso expulsaron a las tropas georgianas de los altos del desfiladero de Kodori y reclamaron la independencia para sí y para la también secesionista Osetia del Sur.
“Unidades de las Fuerzas Armadas de Abjasia han concluido la operación para expulsar al Ejército y otras estructuras militares de Georgia de la parte alta del desfiladero de Kodori”, según anunció Kristian Bzhania, portavoz del líder abjaso, Serguéi Bagapsh.
Los hechos ocurrieron menos de 12 horas después de que el presidente de Georgia aceptó un cese de hostilidades negociado por Francia a nombre de la Unión Europea.
El presidente ruso, Dmitry Medvedev, dijo que Rusia estaba suspendiendo su acción militar porque Georgia había pagado lo suficiente por su ataque del jueves pasado en Osetia del Sur.
El plan de paz europeo, que buscó que ambas partes regresaran a sus posiciones originales, se topó con la realidad implacable del predominio ruso en el campo de batalla.
Ayer Rice ofreció una conferencia de prensa poco antes de partir en la misión política que encargó el presidente, George W. Bush, y que le llevará a París y a Tiflis, la capital georgiana.
En un lenguaje muy duro, la secretaria de Estado recordó a Moscú: “No estamos en 1968, en la invasión de Checoslovaquia, cuando Rusia podía invadir a un país vecino, ocupar una capital, derrocar a un Gobierno, y marcharse. Las cosas han cambiado”.
Por ello, exigió al Gobierno ruso que cumpla con su palabra y haga honor a la tregua que aceptó ayer. “Ha llegado el momento de que el presidente ruso haga honor a su palabra”, sostuvo.
“Si Rusia está violando el alto el fuego, y tengo informes que no son muy alentadores al respecto, entonces esto servirá para profundizar el aislamiento (internacional) en el que Rusia se está moviendo”, aseguró Rice.
La secretaria de Estado hizo referencia también a la misión humanitaria que puso en marcha Estados Unidos para ayudar al pueblo georgiano, y pidió a Rusia que respete estas acciones.
Niega Moscú ir por control de gas
El Gobierno de Rusia, a través de su Embajada en México, negó que la intervención militar en Georgia tenga como fin controlar la única vía de abastecimiento de gas y petróleo hacia Europa que no pasa por el territorio ruso.
En conferencia de prensa en la sede de la Embajada, Valery A. Pogrushevsky, ministro consejero de la representación diplomática, negó también que su Gobierno busque frenar la intención de Georgia de incorporarse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), o realizar alguna limpieza étnica.
“Lo único que buscamos es que la paz permanezca en el territorio”, sostuvo el diplomático, quien también rechazó que su país esté en favor de crear bloques que representen una nueva Guerra Fría.
Explicó que su Gobierno está en favor de mantener activos los lazos con los países que deseen colaborar con ellos.
‘Nos ametrallaron desde aviones’
Georgia espera una avalancha de hasta 80 mil desplazados de la zona del conflicto georgiano-suroseta, declaró ayer a la portavoz del Ministerio para la Acogida de Refugiados, Mariam Nanobashvili.
Hasta este momento, tenemos registrados cerca de 13 mil 500 refugiados, la mayoría de los cuales han sido acogidos en Tiflis, precisó la funcionaria.
El edificio de dos plantas del jardín infantil 158, situado en la avenida Alexandr Kazvegui de la capital georgiana, es uno de los inmuebles que han sido reconvertidos en centros de acogida de desplazados. Las camas se encuentran amontonadas junto a la pared y en el suelo de lo que antaño era el dormitorio infantil se ven varias alfombras.
No cabemos en la camas para niños, explica Sofikó Nesadze, una médica de 28 años.
Trabajaba en Eredvi, una de las aldeas habitadas por georgianos étnicos de la región separatista de Osetia del Sur, de donde huyó con toda su familia por temor a las limpiezas étnicas.
Nos ametrallaron desde aviones; vi morir gente, dice Sofikó con la voz entrecortada, mientras abraza a sus dos hijos: Nika, de 8 años, y Ninó, de 5.
Afirma que ella y su marido tuvieron que caminar muchos kilómetros con los pequeños sobre los hombros, hasta que finalmente fueron recogidos por un camión que los condujo hasta Tiflis.
Nuestro padres, que son mayores, se quedaron en Eredvi. No tenemos ninguna comunicación con ellos. Tengo mucho miedo, confiesa Sofikó.