Los médicos extrajeron una bala a un hombre de 88 años que la tenía incrustada en su hombro izquierdo por más de 70 años, a causa de un balazo recibido en la Guerra Civil española.
Faustino Olivera mostró orgulloso un pedazo de metal deformado _ la punta de una bala _ en un video mostrado en la página de internet de la radial Cadena Ser.
Olivera pasó la mayor parte de su vida sin saber que tenía una bala alojada en su clavícula izquierda desde que recibió un balazo de fusil el 11 de noviembre de 1938 mientras combatía con las fuerzas nacionales del general Francisco Franco en la norteña provincia de Huesca.
Los médicos le operaron entonces pero no encontraron la bala.
"Tenía mis sospechas porque había sólo un orificio, la herida de entrada, pero no el de salida", dijo Olivera según el diario El Heraldo de Aragón. "Sabía que fui herido".
Hace dos años Olivera acudió a un doctor debido a los agudos dolores que padecía en su costado izquierdo. Las placas de rayos X detectaron la bala, y los médicos dijeron que era la causante de una infección e inflamación, que producía el dolor.
Sin embargo, no se la extirparon por estar demasiado cerca de una arteria. Desde entonces Olivera acudió al hospital cada pocos meses para que le drenaran el fluido.
Olivera fue llevado al hospital en la población de Barbastro debido a una apreciable inflamación _ "del tamaño de una cabeza", según su sobrino Angel Betes _ en su costado izquierdo y los médicos le extirparon finalmente la bala.
Olivera regaló la bala a su sobrino de recuerdo.