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Sacar al PRI de Los Pinos era el único objetivo de Fox

Jesús Cantú

En la presentación del libro La Diferencia. Radiografía de un sexenio, escrito por Jorge Castañeda y Rubén Aguilar, los autores señalaron que el concepto de democracia del ex presidente Vicente Fox, se limitaba a lo electoral y, más concretamente, a la alternancia en la Presidencia de la República y la no represión.

Esta presentación se celebró el miércoles 27 de febrero en la Escuela de Graduados en Administración Pública y Política Pública del Tecnológico de Monterrey, en la ciudad de Monterrey, y me correspondió hacer los comentarios iniciales al citado libro y, posteriormente, los autores hicieron dos breves intervenciones para dar inicio a un largo e interesante intercambio de preguntas, observaciones y comentarios con los asistentes al evento.

Sin embargo, de la lectura del libro se desprende que la única diferencia entre el primer presidente no priista y sus predecesores tricolores es que no desvió recursos públicos para apoyar al candidato de su partido, pero fuera de eso, su intromisión en el proceso electoral –de acuerdo a lo que señalan los propios autores en el libro— contiene todos los vicios que los panistas combatieron en el pasado.

Los autores revelan, en su libro, que en el segundo intento para sacar adelante la reforma fiscal, desde inicios de 2002 “se conformó una alianza entre Roberto Madrazo, Elba Esther Gordillo y Vicente Fox con el propósito de llevar a la dirección del partido tricolor a una mancuerna que apoyaría las reformas estructurales anheladas por el régimen, principalmente en materia fiscal, energética y laboral”. El apoyo de Fox a Madrazo y Gordillo incluyó asistencia técnica en mercadotecnia y campañas, así como, convencer a los empresarios y a otros grupos para que los apoyaran económicamente. Así la primera intromisión fue en las elecciones internas del PRI.

Posteriormente, al explicar el motivo que lo hizo dar marcha atrás en el proceso de desafuero, señalan: “En la explicación de Fox, todo se consumó en la visita que le hizo Manuel Espino en San Cristóbal, de parte del PAN, a finales de abril, el que lo liberó de esta manera: “Al partido no le interesa que López Obrador sea desaforado y eliminado de la contienda, queremos ganarle con votos”. Ésa fue, según Fox, la gota que derramó el vaso. A partir de ese momento, Fox decidió que necesitaba una salida ya. Sintió que el sendero del desafuero no iba a beneficiar políticamente al PAN. Su objetivo inalterable era ganar el 2 de julio de 2006, cualquiera que fuera el candidato del PAN (aunque en ese momento no le cabía duda que se trataba de Creel)”.

En el capítulo donde narran la actuación de Fox con respecto al proceso electoral, dicen: “Fox, en cierto sentido, puso a Calderón donde había: donde había dinero, consejos, contactos, etc. Es cierto que, por ejemplo, los grandes empresarios mexicanos no necesitaban la orientación de Fox para apoyar a Calderón, pero tal vez sí para concentrar sus recursos en él, y abandonar a Madrazo. Tal vez Elba Esther pudo entender por sí misma la necesidad de alinearse con el PAN, pero no fue inútil el consejo de designar a un candidato débil y a modo de su partido, en lugar de uno, que, como temía Fox, le restara votos al PAN. Quizá al equipo de Calderón se le hubiera ocurrido de todas formas buscar a Dick Morris, el autor de la estrategia del miedo; pero no estuvo demás que Fox y Francisco Ortiz lo conocieran, lo encontraran y lo convenciera. Calderón no requería de los servicios de Marta para entenderse con Televisa, pero sí de sus prebendas a la empresa. En una palabra, el hecho de que Fox no haya transferido recursos del Gobierno a Calderón, no significa que no lo haya ayudado más que con discursos y apariciones públicas”. Como dicen los abogados: a confesión de parte, relevo de prueba.

Pero el libro todavía es más explícito: “En el equipo de Calderón, algunos piensan que ganaron a pesar de Fox; muchos analistas del acontecer político del país culpan a Fox de haber tensado y enturbiado el proceso electoral innecesariamente. Y Fox cree que Calderón ganó, en buena medida, gracias a su participación en la campaña. ¿Quién tiene razón? Los encuestadores que disponen de levantamientos durante la jornada en su totalidad, así como de su intuición y de las encuestas de salida sobre las motivaciones de los votantes, coinciden en su conclusión. Roy Campos, de Consulta Mitofsky; Alejandro Moreno de Reforma; Manuel Rodríguez de Gauscc grupo de asesores unidos, y de Presidencia durante el sexenio anterior –al responder a dos preguntas expresas de los autores: (1) ¿La injerencia de Fox ayudó o perjudicó a Calderón? (2) Sin dicha injerencia, ¿habría ganado el Peje?— concuerdan: Fox benefició a Calderón, sin la menor duda, y en vista del estrechísimo margen de victoria del candidato del PAN, es posible que sin Fox no hubiera ganado”.

A partir de la lectura del libro y las aseveraciones de los autores en la presentación referida es evidente que la idea de Fox de democracia se limita al triunfo del PAN, es decir, lo antidemocrático es el PRI no sus métodos para perpetuarse en el poder y burlar la voluntad popular, pues él mismo recurrió a todos (menos el inyectar dinero público a la campaña de Calderón, por lo menos según sus dichos y los de los dos autores) para ganar la elección presidencial en 2006. Cambiar de partido en el Gobierno no es democracia y la alternancia en el poder no se termina con la llegada del PAN a la Presidencia de la República.

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