La ONG Cachorritos de Bagdad apoya a los soldados estadounidenses para que al regresar a su casa puedan llevarse a los perros que adoptaron durante la guerra.
Ratchet y Charlie son la esperanza entre bombas, temor, sangre, guerra en pocas palabras. Son peludos, de cuatro patas, con orejas lanudas, sin raza ni pedigree, pero son la otra lucha que los soldados estadounidenses están librando en Irak.
La Organización No Gubernamental (ONG) Cachorritos de Bagdad (Operation Bagdad Pups) nació el 15 de septiembre de 2007 para que los soldados estadounidenses en la guerra de Irak al regresar a su casa puedan llevarse a los perros que adoptaron durante la guerra.
Durante más de 15 meses Ratchet fue el compañero de juegos y la única diversión que la sargento Gwen Beberg tuvo en aquellas tierras. Beberg busca llevarse a su cachorro de vuelta a casa, sin embargo eso no está permitido.
Pero Operación Cachorritos de Bagdad, OCB ya ha recogido más de 50 mil firmas en tan sólo ocho días, según reporta elpais.com.
Pero el caso de Beberg no es único. La organización nació el 11 de septiembre del año pasado a raíz de la petición de ayuda de un soldado destinado en Irak que también quería llevarse a casa a un perro que habían adoptado y criado entre los miembros de su unidad. Los soldados aborrecían la idea de abandonar a su nuevo amigo en un país en guerra. Entonces, la Society for the Prevention of Cruelty Against Animals, una ONG de EU dedicada a la defensa de los animales.
El comentario de un ingeniero militar de EU en la petición de firmas explica las razones que mueven al grupo. “Tenemos un cachorrito aquí. Cada uno de los soldados que reciben su visita cada día es un poquito más feliz por un rato. Una pequeña dosis del amor de un perro puede cambiar la actitud de muchos soldados, más deprisa y eficazmente que ningún asesor psicológico en este teatro de guerra”. La organización afirma haber rescatado ya a 35 animales.
“Cuidar de Charlie cada día me dio algo que desear cada día [...] Cuando jugábamos con él olvidábamos dónde estábamos, las cosas horribles que habíamos visto y lo que nos quedaba por delante. Charlie hizo nuestra estancia en Irak más soportable. Era como un trocito de casa en mitad de Bagdad”, relató un soldado sobre el primero de los animales que la organización logró rescatar..
La ONG lleva a los cachorros de perro o gato hasta la casa del soldado que lo haya elegido. Para ello, pone una serie de requisitos para asegurarse de que el animal no será abandonado y está en condiciones de vivir en compañía de personas. Tienen que haber pasado al menos dos meses conviviendo con un soldado y haber sido adoptados siendo cachorros, y, por supuesto, tener una casa esperándole en Estados Unidos.
