El RFID cuesta 17 centavos de dólar, un código de barras, 17 centavos de peso. (El Universal)
Los códigos de barras serán cosa del pasado, las filas en el lector dejarán de existir gracias a los microprocesadores; la lectura de un producto se realizará mediante radiofrecuencia (conocido como RFID).
Esta tecnología, consistente en un microchip con memoria que por medio de una antena y ondas de radio permite la lectura de información, ya es una realidad en México, sin embargo, por ahora sólo grandes industrias la están implantando.
Víctor García, gerente de ventas y servicios para Latinoamérica de Intermec, explica que “no importa el giro de la empresa, pero se utiliza más en el sector industrial, bienes de consumo, transportación y logística”.
Con RFID, a diferencia del código de barras, se puede hacer la lectura de hasta 40 productos por segundo, pero los beneficios no paran ahí. Este microprocesador puede ser instalado en los gafetes de los empleados, por ejemplo, para conocer quién autoriza la salida de un lote de productos.
Además de ofrecer una exactitud del 100% en inventarios, el RFID permite el rastreo de envíos y emite una alarma en caso de que el camión transportador salga de su ruta. Cuando llega a su destino, el operador no tiene que hacer la validación de cada producto; el sistema hace la lectura.
El gerente de Intermec afirma que “con RFID se puede saber si se puede entregar a tiempo un pedido, ahorra el paso de espera de los lotes, además el fabricante puede saber el destino de su producto desde la creación hasta el usuario final. RFID cuesta 17 centavos de dólar, un código de barras los mismos centavos, pero de peso”.