Una vista aérea de la localidad de Tenosique en Tabasco muestra el grado de afectación por la creciente de ríos y las constantes lluvias. (EFE)
Recorre Felipe Calderón las zonas afectadas; promete frenar pillaje.
“La situación es de extrema gravedad, pero se va a poner peor, no han medido la magnitud... esto es una inundación de grandes dimensiones”, dice el gobernador tabasqueño, Andrés Granier Melo, quien escucha demandas de ayuda por las inundaciones, mientras el presidente Felipe Calderón urge a los habitantes de la zona a desalojar sus casas.
El problema es el mismo cada año. Sin embargo, esta vez la advertencia es que el río Usumacinta se desbordará con el agua de las lluvias que vienen desde Guatemala y Honduras.
Pero la gente no quiere salir de sus casas, no quiere dejar los pocos animales que tiene y menos aún las pertenencias que están bajo el agua. Ahí quedan las fotos, el dinero, los papeles de la casa, el radio o con suerte la televisión y rechazan dejar sus precarias propiedades.
Calderón y Granier recorrieron las zonas inundadas y escucharon la demanda insistente: “Están robando, hoy hurtaron aquí en la calle 12. Ora sí que estamos a pique, las autoridades no nos mandan a....”, dice una mujer quien se detiene al darse cuenta de que el enojo la llevará a criticar al Gobierno, pero se lanza, “...pues la gente de arriba, que es el Gobierno, no nos apoya”.
Frente a ella escuchan el presidente y el gobernador, rodeados por decenas de funcionarios de Gobernación, Salud, Desarrollo Social, Protección Civil, Conagua y el Ejército. Parece el reencuentro parcial del equipo de campaña de Calderón con Juan Camilo Mouriño; Alejandra Sota; Aizta Aguilar y Ernesto Cordero.
“Venimos a ayudar”, dice en descargo Calderón, quien no permite que la mujer termine su queja de los saqueos: “Ya lo sé, ya lo oí, pero lo único que podemos hacer, es a través de los albergues... voy a hablar con el gobernador para que haya más vigilancia con la Policía Estatal, la Marina y la ayuda del Ejército. Es peligroso que permanezcan en sus casas”.
Sólo algunas calles son transitables, el resto está bajo el agua.
Se desborda río en Chetumal
Unas 100 familias están siendo evacuadas en el sur de Quintana Roo, al desbordarse el Río Hondo, frontera líquida entre México y Belice. El pronóstico es que seguirá el mal tiempo y temen que los escurrimientos de Guatemala, Belice y el estado mexicano de Campeche sigan en aumento, afirmó Andrés Ruiz Morcillo, presidente municipal de Othón P. Blanco.
En entrevista, el edil explicó que la madrugada de ayer, el río llegó a los 8 metros de altura su caudal y empezó a desbordarse, lo que originó que empezaran a sacar las primeras 18 familias de la comunidad de La Unión y en el trascurso del día harían lo mismo con 23 familias de Revolución, en la Ribera del Río Hondo.
“El Ejército Mexicano nos está apoyando en el refugio que se instaló en la comunidad de La Unión, con cocina, pero aún no hay personas en él, porque la mayoría ha preferido irse con familiares y amigos que habitan en la parte alta del pueblo”, señaló.
Río Hondo mantiene un cauce normal de dos metros, pero en esta ocasión, después de más de 10 días de lluvia a rebasado los 8 metros de altura a causa de un sistema de baja presión que afecto a la Península de Yucatán y parte de Belice y Guatemala, según reportó la dirección estatal de protección civil.
“Esta madrugada fue muy rápido el ascenso del nivel del río y se espera que siga aumentando, por eso seguiremos en alerta”, afirmó Juan Manuel Zamarrita Pérez, director de protección civil del municipio de Othón P. Blanco.
El alcalde capitalino agregó que en la Zona Limítrofe con Campeche, quedó incomunicada la población de Pioneros del Río, dado que el agua rebasa el metro sobre el nivel de la carretera que lleva hasta esta comunidad, donde habitan unas 200 personas.