Se agudiza la crisis de mano de obra china
China, El Dorado para muchos empresarios por su abundante mano de obra barata, está perdiendo atractivo para inversionistas extranjeros por la inflación y el retroceso de la oferta de trabajadores a bajo costo, dijeron expertos.
“Existe una penuria crónica de trabajadores en toda China. Es un fenómeno que empezó a producirse a partir de 2004 y que año tras año se agudiza”, explicó Li Baoyuan, profesor de Economía de la Universidad de Pekín.
“En Wenzhou, el número de trabajadores no cualificados se reduce 20 por ciento cada año, y en Shanghai faltan al menos 30 mil trabajadores especializados”, indicó el experto, que analiza en su blog los problemas relacionados con el crecimiento económico de China. La falta de mano de obra en China es una consecuencia directa de las reformas demográficas adoptadas por el Gobierno a finales de la década de 1970. La política del hijo único ha evitado el nacimiento de 400 millones de personas que ahora tendrían entre 18 y 25 años, la edad de la mayoría de los peones que alimentan las ciudades-fábrica de China.
“La escasez de mano de obra es un problema reciente en China que se explica, por una parte, por el crecimiento económico y, en segundo lugar, por la restricción demográfica”, señala Yang Du, director del departamento de Recursos Humanos de la Academia de Ciencias Sociales de China (CASS).
Según Yang, la demografía no evoluciona al mismo ritmo que la demanda de trabajadores, en pleno crecimiento.
Además de la escasez de obreros, la inflación desbocada es otra de las razones que han provocado que los productos “Made in China” pierdan competitividad.
La inflación industrial en el país asiático registró el mes de mayo un nuevo aumento, alcanzando 8.2 por ciento, lo que encarece los productos chinos y los hace menos competitivos que los manufacturados en Vietnam, Bangladesh o Filipinas.
“Nosotros elegimos Vietnam porque China está muy saturada, hay mucha competencia, y el precio del terreno se ha disparado”, explica por teléfono Mireia Barquin, directora en el país asiático de Trencilo, empresa española que fabrica hilo y elementos para calzado.
Joan Dedeu, que asesora desde hace 20 años a empresas que se quieren instalar en el gigante asiático, señala a los países del sureste asiático como principales competidores de China. “Todo el mundo en Filipinas habla inglés y, además, su mano de obra es muy barata”, dijo.
Después de tres décadas de crecimiento desenfrenado, el Gobierno chino ha decidido cambiar su modelo de crecimiento, disminuyendo la dependencia de la inversión extranjera directa.
Pekín aprobó en 2008 una nueva Ley que mejora sustancialmente las condiciones laborales de los peones chinos, pero que encarece el costo para las empresas, y ha eliminado los incentivos a la exportación y la unificación de los impuestos.
El aumento de los precios del petróleo y la reapreciación del yuan, la moneda china, respecto al dólar, también han contribuido a que los productos chinos se vuelvan más caros en los mercados mundiales.
