Silvia Navarro va por su tercera película. (Jam Media)
El Universal
MÉXICO, DF.- Bajita la mano, como dicen, la actriz Silvia Navarro se ha convertido en una de las más solicitadas en el cine mexicano. En los últimos meses ha rodado dos películas y está por comenzar una tercera, La Cabeza de Buda, bajo la dirección de Salvador Garcini.
“Es un proyecto donde plantean la espiritualidad, pero no de la manera en que la conocemos. Ahí hago a la novia de un actor, soy una chica que está interesada en salir en revistas, tener familia y sin profundizar en nada. Le gusta el budismo, pero no sabe de qué se trata”, explica.
La cinta tiene contemplado su inicio de rodaje en la ciudad de México el 12 de mayo. Del elenco, aún Silvia no puede decir mucho. Es información reservada, pero adelanta que se encuentra Vanessa Bauche.
“Llevo un mes ensayando, termine Amor Letra por Letra (dirigida por Luis Eduardo Reyes) y prácticamente comencé ésta. Las cosas han sido muy rápidas”, comenta.
Navarro era hasta hace unos meses estrella de Televisión Azteca, con los teledramas La Heredera y Montecristo. Ahora ha decidido alejarse un poco de la pantalla chica e incursionar en el cine.
Su primera cinta fue en 2005, Mujer Alabastrina, que aún no se estrena, con Ana Claudia Talancón y Dolores Heredia.
- ¿Cómo fue tu primer día en un set de cine?
Me tocó con Ana Claudia y Dolores. Me cuidaron, me tuvieron paciencia, me enseñaron la manera en sostener la emoción durante todo el día... También tenía nervios, mucha sorpresa, no sé qué tan bien haya salido, pero sé que sigo aprendiendo.
- ¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje al hacer cine?
Retomar la emoción en el cine. Cuando filmas en días separados, es una cosa meticulosa. Hasta cuando vas a dar un paso parece que el piso está marcado.
Agradezco también que me haya devuelto a la tierra. A decirme: ‘Mi reina, esto (el cine) es de esfuerzo, puedes estar bien en algún lugar, pero tienes que picar piedra. Tienes que estudiar, como lo hice yo que regresé a la Universidad y rodearme de gente que sepa.
- ¿Y el día más difícil?
Todo es por el tiempo. Son cinco semanas, seis máximo de rodaje, las escenas son complicadas y una misma la parten de distintas formas, entonces debo procurar no dispersarme.
- Mientras estabas en tv, ¿pensaste que jamás te llamarían?
Cuando hice La Calle de las Novias, junto a la banda actoral pesada como Arcelia Ramírez, Julieta Egurrola y Bruno Bichir me asusté y dije: “Cómo voy a ser la protagonista, teniendo a estos maestros... y entonces comenzaron a caer las ofertas, pero como todos, no quería comenzar con cualquier cosa. Resulta que elegí la ópera prima de Emilio Maillé (Rosario Tijeras) y nunca se hizo, al menos eso espero (risas).
“Fue en 2005 cuando dije que debía darme tiempo para el cine, no podía desaprovechar más el tiempo y pues comencé a buscar”, dice.
- ¿Dejarás entonces por un buen tiempo a la pantalla chica?
Nunca me voy a cerrar a nada. Soy actriz, quiero trabajar y perfeccionarme. Si la vida me da la oportunidad para prepararme, uno se tiene que quitar el ego, la autoestima y hacer las cosas que uno quiere hacer.