Newman formaba parte del reducido grupo de celebridades clásicas, de las que ahora viven lejos de los set de filmación.
La muerte de Paul Newman deja a Hollywood sin una de sus más brillantes estrellas y reduce el número de leyendas clásicas vivas a un puñado de grandes nombres que marcaron toda una época y que hoy viven apartados del esplendor del cine, como Kirk Douglas, Olivia de Havilland o Joan Fontaine.
Aunque Newman, fallecido a los 83 años, no pertenecía a la generación más clásica de Hollywood, la de las estrellas a contrato de los estudios, siempre se le incluyó en el selecto grupo de los grandes del cine, del que cada vez quedan menos miembros.
Kirk Douglas, de 91 años, es quizás el máximo representante de esa gloriosa generación de estrellas de Hollywood. Retirado de la vida pública casi por completo, apenas se le puede ver en compañía de sus hijos, especialmente del también actor Michael, aunque en contadísimas ocasiones.
Douglas es uno de esos actores hechos a sí mismos, que se labró una sólida carrera con papeles arriesgados en su momento, como el de “Paths of Glory” (1957), y que quedó en la memoria del espectador como “Spartacus” (1960) o Van Gogh, en “Lust for life” (1956).
A pesar de su edad y de su frágil estado de salud, Douglas realizó su última interpretación hace apenas 4 años, en “Illusion”, en lo que parece el cierre de una carrera que le valió tres nominaciones al Oscar aunque sólo consiguió uno, honorífico, por el conjunto de su trabajo, en 1995.
Más oscarizadas han sido las hermanas Olivia de Havilland (92 años) y Joan Fontaine (90), que protagonizaron una fuerte rivalidad personal, aumentada si cabe cuando compitieron por el Oscar a la mejor actriz, que consiguió la segunda por “Suspicion”.
Único Oscar de dos nominaciones para Fontaine, siempre recordada por su papel en “Rebecca” (1940), frente a las dos estatuillas conseguidas por su hermana, que sin embargo queda en la memoria del cine como la Melania de “Gone with the wind” (1939).
Joan, cuyo último papel fue en 1994, para una serie de televisión, vive retirada en su casa de Carmel, en California, mientras que Olivia, establecida desde hace tiempo en París, apareció en público por última vez en junio del 2006 para viajar a Hollywood, donde fue objeto de un homenaje. Hay quien dice que el secreto de sus largas vidas es que ninguna de las dos quiere morir antes que la otra.
Frente al retiro de estos tres grandes, está la actividad que aún mantiene a sus 87 años Mickey Rooney, que acaba de finalizar una gira junto a su mujer, Jan Chamberlin.
Con más de 200 películas a sus espaldas, Rooney fue uno de los productos más rentables de los estudios de Hollywood y formando pareja con Judy Garland protagonizó una ingente cantidad de comedias.
Estrella, aunque lo fue más de niña, es Shirley Temple, de 80 años, que se retiró de la actuación apenas superada la treintena, a pesar de lo cual sigue siendo recordada por los aficionados al Séptimo Arte por películas como “The little colonel” (1935).
Se la vio por última vez en un acto público en 1998 en la celebración del 70 cumpleaños de la Academia de Hollywood y, desde entonces, dosifica y mucho sus apariciones en pos de una vida tranquila y familiar en una casa al norte de California.
Y aunque de otra generación posterior, ingresó en el Olimpo de las estrellas por méritos propios Elizabeth Taylor que, a sus 76 años y tras tantos maridos como operaciones a sus espaldas, sigue siendo una de las grandes divas del cine, aunque ahora dedicada más a las obras de caridad y a recaudar fondos para la lucha contra el Sida, enfermedad de la que murió su gran amigo Rock Hudson.
Compañera de Newman en la inolvidable “Cat on a hot tin roof”, donde rivalizaron en interpretación pero también en belleza, Taylor consiguió el reconocimiento de sus compañeros con dos Oscar por dos dramas: “Butterfield 8” (1960) y “Who’s Afraid of Virginia Woolf?” (1966), con los que pasó del estatus de poseedora de los más bellos ojos de Hollywood a estrella del firmamento cinematográfico.
Menos famosa por sí misma que por su primer marido, Humphrey Bogart, lo cierto es que Lauren Bacall, de 83 años, se ha ganado con los años un respeto en la industria cinematográfica del que careció cuando era una estrella en ciernes que se vio eclipsada por la fama de Bogie. Y aunque no fue en su momento una de las grandes estrellas de Hollywood, sí está considerada ahora como una de las grandes.
Célebre por la frase “Si me necesitas, silba”, que le dijo o más bien susurró a Bogart en su primera película, “To have and have not” (1944), su elegancia se paseó por otros filmes como “The big sleep”, “Key Largo” o “How to marry a millionaire”.
No del círculo más restringido de las grandes estrellas de Hollywood, hay otros actores a los que ahora, pasados en su mayoría los 80 años, se les respeta y admira, como es el caso de Doris Day (84), Jerry Lewis (82), Jean Simmons (79), Tony Curtis (83) Debbie Reynolds (76) Elli Wallach (93) o Ernest Borgnine (91).
Y eso que en este año han muerto actores de la talla de Richard Widmark, Charlton Heston, Mel Ferrer o Roy Scheider. Lo que hace que las decanas en la actualidad sean Luis Rainer y Gloria Stuart, ambas de 98 años.