México perdió terreno en materia de competitividad tras descender de la posición 41 a la 44 entre 2007 y 2008, de acuerdo con el informe anual del Banco Mundial (BM), “Doing Business 2008”, que califica a 178 economías en el mundo.
El documento estudia la facilidad para hacer negocios a partir de diez indicadores, entre los que destacan reglamentación, tiempo y costo para la apertura de una empresa; manejo de licencias; obtención de crédito; protección de inversionistas; pago de impuestos y cumplimiento de contratos, de acuerdo con el documento “Pulso Industrial”, elaborado por la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
En el balance de los resultados correspondientes a México, informó que “retrocedimos en seis de las diez áreas analizadas.
Las áreas son “apertura de un negocio” (donde hubo un retroceso de 13 posiciones), “comercio transfronterizo” (siete lugares abajo), “cumplimiento de contratos” (cuatro escalones menos), “obtención de crédito” (tres posiciones atrás), “manejo de licencias” y “protección de inversores” (una posición respectivamente).
La Concamin dijo que en dos más no hubo cambios, “cierre de una empresa” y “contrato de trabajadores”, y se avanzó en “registro de propiedades” (ocho lugares) y “pago de impuestos” (cinco sitios).
Mientras otras economías intensificaron sus procesos de mejora, en México el trabajo reformador se adormeció o los avances logrados no fueron tan importantes como se esperaba, a decir de Ismael Plascencia, presidente de Concamin.
Comentó que México no necesita una mayor apertura comercial, sino más promoción industrial para hacer de la revolución microeconómica el soporte del desarrollo.
Consideró que abrir más la economía, sin una estrategia que impulse la modernización fabril y la rearticulación de cadenas productivas, además del tipo de cambio que estimula las importaciones y encarece las exportaciones, promoverá solamente la sustitución de más productos nacionales por oferta importada y poco abonará al fortalecimiento de la actividad económica interna.
A decir del representante, las autoridades federales insisten en que una mayor apertura de las fronteras constituye la mejor fórmula para acelerar la competitividad y modernización del sector fabril.
“Los promotores de tal planteamiento consideran que si la economía no marcha al paso que debe y la industria no se moderniza con la rapidez deseada, es preciso aumentar la dosis de la apertura comercial”, puntualizó.
