Enrique Garay es un narrador olmeca en la cinta de dibujos animados Nikté. (El Universal)
El Universal
MÉXICO, DF.- Cuando le dijeron que debía grabar un partido inexistente lleno de emociones y volteretas, Enrique Garay trasladó su memoria a las hazañas de los atletas olímpicos Yelena Isinbaeva y Usain Bolt.
La primera rompió el récord olímpico y mundial en salto con garrocha en un mismo día y, el segundo, se adjudicó las medallas doradas en 100 y 200 metros.
Esos recuerdos le sirvieron para poder participar en la cinta animada Nikté, donde prestó su voz a Kike Garaitl, un narrador olmeca en un juego de pelota.
“Me decía Ricardo (Arnaiz, el director) que pensara en algo intenso. Y le dije: ‘¿no viste los Juegos Olímpicos?’, más intenso que eso difícilmente.
“Me imaginé a ellos, a los atletas mexicanos que ganaron... no sé otros, pero yo me dejo llevar siempre por el evento y así lo hice ahora”, dice.
Nikté es la nueva cinta del mismo equipo que realizó la taquillera La Leyenda de la Nahuala. Cuenta la historia de una princesa olmeca que aprenderá una lección: para ser el más grande, antes hay que ser el más pequeño.
- Enrique, el personaje animado es igual a tí...
Soy yo en realidad, el nombre del personaje es una adaptación del mío para que suene semejante.
“Es mi primera participación en cine, creo que aún puedo hacer a un galán de mediana edad, creo que después de tanto tiempo, por fin encontré el camino (risas)”.
- ¿Cómo se dio la invitación?
La verdad es que Arnaiz es un buen amigo desde hace tiempo, yo lo había invitado para hacer algo con vista a los Juegos Olímpicos y finalmente no se pudo.
“Aquí necesitaba un narrador deportivo y tuve el honor de que me invitara. Aquí la idea es echarnos la mano entre todos”.
- Después de narrar partidos en vivo de basquetbol y futbol americano ¿no era raro hacer esto?
Fue algo diferente, pero no me pareció difícil, lo dejamos fluir. Decíamos: ‘la siguiente jugada va a ser dramática, al ras del piso y cosas así’.
“Ricardo me dio la libertad de adaptar términos, a usar las frases que acostumbro, no me obligó a nada. La grabación duró más de 3 horas, pero mi participación en cine sólo será de 3 minutos.