El conductor de la nueva generación de La Academia viaja constantemente para cumplir sus compromisos en el país y en Chile. (El Universal)
Los tiempos del conductor de La Academia, Rafael Araneda, se comienzan a poner difíciles.
Llega al país todos los sábados para el ensayo general del reality show, el domingo se presenta en el foro 1 de los estudios Churubusco para mostrar su faceta simpática y espontánea durante los conciertos.
Para el miércoles, el chileno debe regresar a su país para conducir el programa “Estrellas en el hielo: El baile”, y todavía le tiene que quedar tiempo para estar con su esposa, la ex Miss Chile, Marcela Vacarezza y sus tres hijos: Martina, Florencia y Vicente.
“Me siento muy tranquilo, cómodo y bien respaldado por un buen equipo. Por el momento me siento cansado, no por el programa, sino porque antes del primer concierto había muchos nervios y me los contagiaban; se ensayó bastante, los muchachos ensayaron mucho y yo también”, platicó el conductor.
Para el también conductor del exitoso formato para encontrar talento de nombre Rojo, pararse en un escenario como La Academia es distinto a lo que ha hecho en la televisión de su país; sin embargo, le gustan los riesgos.
“Siempre las cosas hay que hacerlas, hoy lo hice (en el primer concierto) y me sentí muy libre”, contó Araneda.
Y sin duda, una de las tareas más difíciles del conductor será mantener su entonación para el programa de los jueves en Chile y un tono neutro para México, por lo que ya trabaja en su acento.
“Tengo que actualizarlo obviamente, llevamos pocas semanas en México y lo que hago es escuchar cómo habla la gente y poniendo atención a las ‘s’ y a las ‘d’ porque los chilenos las tragamos”, contó.
A él le toca dar las buenas y las malas noticias, un trabajo rudo, pero que alguien tiene que hacer: “No me asusta, es pesado, pero todos sabemos a lo que venimos, ellos (los concursantes) y su familia también. En el primer programa tuve la oportunidad de comunicar una mayor cantidad de buenas noticias que de malas, eso siempre es buena”.