Un hombre vestido de novia, a la usanza del videoclip Like a Virgin, aguantaba comentarios burlescos de algunos jóvenes y miraba de un lado a otro.
Como toda una reina poderosa Madonna reapareció ante los mexicanos tras 15 años de ausencia.
Ni el medio siglo de vida a sus espaldas ni las habladurías sobre su vida personal parecen hacer mella en Madonna, que ayer y el sábado hizo vibrar con un portentoso manejo del escenario a los más de 100 mil mexicanos que disfrutaron el inicio del capítulo latinoamericano de su gira Sticky & Sweet.
Con una sensualidad igual de poderosa que en sus inicios pero más serena que entonces, Madonna demostró que ella, como el bueno vino, también mejora con el tiempo.
Su afán incansable de reinventarse como icono musical y cultural quedó una vez más de manifiesto en el abarrotado Foro Sol de la capital mexicana, donde dio a conocer en vivo su último álbum, Hard Candy, e hizo varios guiños al pasado, muy bien recibidos por sus fans.
Como para que nadie olvidara por si acaso quién es la “Reina del Pop”, apareció sobre el escenario sentada en un ostentoso trono, en pose sensual y cetro en mano.
Candy Shop puso a bailar a la marea humana, que antes ya había calentado motores de la mano del DJ británico Paul Okenfold, en un aperitivo del más alto nivel que los espectadores agradecieron desde las gradas con la famosa “ola”. Invento mexicano.
“Hola, México”, vociferó emocionada Madonna antes de interpretar Beat Goes On subida en un elegante auto convertible blanco clásico.
Estas dos canciones, de su último disco, precedieron a Human Nature, ideal para que los malpensados encontraran en ella un mensaje encubierto a su ex marido, el director de cine inglés Guy Ritchie, del que se divorció hace un mes y medio.
La vida privada de la artista ha sido la comidilla en su estancia en México el jugador de béisbol Alex Rodríguez, al que se da por su nueva pareja sentimental, participó ayer en la inauguración de un centro deportivo en la capital mexicana.
Ambos ya fueron vistos juntos esta semana bajando del jet privado de la cantante en Miami.
La reina pidió que le dieran más. “¡Vamos, México, quiero más amor! No vengo por aquí muy seguido, háganme caso, ¡los complaceré!”, dijo.
La diva tenía toda la razón: Habían pasado 15 años desde su primera visita al Distrito Federal, y la del sábado fue su noche.
Pero así como Madonna exigió más energía por parte del público mexicano, también quiso demostrar la alegría de regresar al país: “Esta es mi gran oportunidad de decirles lo feliz que me siento de volver a México, después de tantos años”.
El “tic tac” que adereza 4 Minutes, omnipresente en todo el concierto, se enlazó a continuación con Vogue y ésta con Die Another Day, coreografiada por dos boxeadores sobre un ring surgido de la nada.
De la violencia pasó a la pícara inocencia de Into the Groove, donde la artista disfrutó con sus atléticos bailarines del juego de la cuerda, con pantaloncito corto rojo, cual colegiala.
Después de Hardbeat y Borderline regresó la Madonna más sensual, serpenteando sobre el escenario y contoneándose con sus compañeros de baile.
La temperatura subió todavía más con Music, una de las primeras canciones que movió al unísono a todo el estadio. Una advertencia de que pronto el Foro Sol iba a estallar.
Antes, sin embargo, la cantante atemperaba los ánimos con una melódica interpretación de Devil Wouldn’t Recognize Me.
Fue sólo un espejismo ya que enseguida regresaría a la acción con Spanish Lesson, que presentó con un gracioso “¿Habla español?” y acompañó de un bailaor de flamenco, y La Isla Bonita, interpretada con más ritmo que la original y con un aire agitanado, gracias a las notas alegres de varios violines, acordeones y guitarras.
Un “ándale” y la visión de algunos músicos y bailarines con pantalones de “charro” le recordaron al público dónde estaba.
...También a Madonna.
“Quiero aprovechar esta oportunidad para decir lo feliz que estoy de volver a México. Es un gran principio para el inicio de la gira latinoamericana. Por eso quiero decir gracias”, señaló la cantante.
Como en los anteriores conciertos de la gira, este no estuvo exento de la reivindicación política, plasmada en las pantallas gigantes del escenario con la proyección de hechos y personajes internacionales, sobresaliendo entre ellos Barack Obama.
Pero la noche era para vibrar y así lo entendió el público con 4 Minutes, en la que Madonna tuvo la compañía virtual de Justin Timberlake en forma de pequeñas pantallas móviles sobre el escenario.
La mecha siguió prendida hasta el final con Like a Prayer, Ray of Light, Hung Up y Give it to Me, que cerró el espectáculo en su máxima expresión.
La gira Sticky and Sweet, que acaba en diciembre, tiene como próximos y últimos destinos Santiago de Chile, Buenos Aires y las brasileñas Río de Janeiro y Sao Paulo.
Todo por su reina
Madonna y su fenómeno en México generaron lo que todos creían cuando se anunció su llegada: mucha expectación y gratitud de miles de sus fans.
- Un hombre vestido de novia, a la usanza del videoclip Like a Virgin, aguantaba comentarios burlescos de algunos jóvenes y miraba de un lado a otro.
“Madonna es una mujer hermosa a sus 50 años, me ha ayudado a aceptar mi sexualidad y su música me ha sacado de depresiones”. dijo
-Algunos de sus más de 100 mil fans que acudieron al Foro Sol para alguno de sus dos conciertos llegaron desde un día antes para hacer fila y ser los primeros en entrar. La que hizo que un hombre parado en las escaleras de la estación del Metro más cercana ofreciera mil pesos por un boleto para
entrar al show.
-Playeras de 80 pesos, sudaderas de 100 o chamarras de 150 estuvieron a la venta fuera del foro.
-La reventa dio mucho qué decir: se hablaba de 5 mil, 10 mil y 15 mil pesos por un boleto.
Para Alex es ‘muy bueno’ coincidir
Evasivo ante cualquier comentario sobre su presunta relación amorosa con Madonna, Alex Rodríguez, beisbolista de los Yankees de Nueva York, apenas sonrió ayer al escuchar el nombre de la diva, en la reunión que tuvo con la prensa, durante una clase que impartió en Nezahualcóyotl.
“Muy bueno”, respondió, cuando se le cuestionó sobre la coincidencia de la visita de ambos en México.
El dominicano compartió sus conocimientos durante casi tres horas con niños de 8 a 15 años de ligas como la Mexica y la Olmeca, como acto inaugural del Centro Deportivo Telmex Bicentenario, ubicado en Ciudad Nezahualcóyotl.
Al final de la práctica, el pelotero ofreció una sesión de preguntas y respuestas, en la que sólo los niños le pudieron plantear cuestionamientos, como desde cuándo le gustó el beisbol o si su papá había jugado profesionalmente.
Algún adulto lanzó, sin micrófono, una pregunta jocosa: “¿Dónde dejaste a Madonna?”, pero el beisbolista hizo oídos sordos. Entre los padres de familia que acompañaron a sus hijos, no faltaron comentarios referentes a la diva del pop.
Así fue como alguien bromeó cuando, el también conocido como A-Rod, recibió una llamada al celular y se alejó de los niños hacia una orilla de la cancha para hablar durante 5 minutos. “Seguro lo está checando Madonna”, comentó una persona, ante la risa de los presentes.
Un hombre vestido de novia, a la usanza del videoclip Like a Virgin, aguantaba comentarios burlescos de algunos jóvenes y miraba de un lado a otro.