Las elecciones primarias de Estados Unidos entraron esta semana a una etapa clave conforme se profundiza la pelea por la nominación Demócrata entre Barack Obama y Hillary Clinton, y se abre la posibilidad de definiciones en la Republicana.
El triunfo del senador afroamericano Barack Obama en Carolina del Sur podría, según analistas, cambiar la dinámica de la nominación Demócrata de la tradicional lucha estado por estado a una prolongada batalla de delegado por delegado que podría definirse hasta la Convención Nacional en agosto.
Obama ganó las primarias en Iowa con lo que demostró que la raza no fue un factor en un estado abrumadoramente blanco y triunfó en Carolina de Sur, donde logró alterar la tendencia del mayoritario voto afroamericano que antes se inclinaba por Hillary Clinton.
Pero la senadora por Nueva York logró ganar Nueva Hampshire que tiene una mezcla sustancial de independientes y se impuso en Nevada, donde mostró que mantiene su dominio con el electorado hispano, que puede ser crucial en estados como California y Nueva York.
Aunque originalmente se estimaba que el Martes electoral del 5 de febrero podría ser definitorio en el proceso de nominación Demócrata, la alternancia de triunfos entre Obama y Clinton podría desembocar en un escenario donde ninguno salga como vencedor absoluto.
En favor de este escenario abona el dato de que los Demócratas no operan bajo la fórmula de que el ganador del estado se lleva todos los delegados, sino son distribuidos por distritos. Obama por ejemplo perdió el voto popular en Nevada, pero obtuvo un delegado más que Clinton, 13 contra 12.
Para ganar la nominación Demócrata se requiere un total de dos mil 025 delegados tanto comprometidos, es decir de aquellos electos en las primarias, como de súper delegados, que son miembros prominentes del partido.
En la carrera por delegados comprometidos, Obama aventaja con 63 delegados, Clinton dispone de 48 y Edwards de 26. Pero si se cuentan los súper delegados, Clinton lleva una clara ventaja con 230, Obama 152 y Edwards 61. La mayoría de súper delegados aún no se define.
Bajo el nuevo escenario, aún con un triunfo de Clinton en los estados mayores como California o Nueva York el Martes, Obama no sólo no se iría con las manos vacías sino podría incluso ganar algunos de los 22 estados en disputa, como Georgia, con un alto número de electores afroamericanos.
En caso de que la contabilidad de delegados comprometidos sea apretada entre Obama y Clinton al momento de la Convención nacional, a celebrarse del 25 al 28 de agosto en Denver, los delegados podrían ser el fiel de la balanza, toda vez que su voto no está comprometido.
Por lo pronto la primaria de Florida de este martes no tendrá validez para los Demócratas, toda vez que al igual con lo ocurrido en Michigan, la decisión de los Demócratas estatales de adelantar la fecha, tuvo el efecto de anular sus delegados.
En el campo Republicano, las primarias de Florida podrían en cambio colocar al moderado John McCain como puntero en la carrera conservadora, en caso de que obtenga un triunfo contundente en la primera primaria Republicana 'cerrada', es decir donde sólo participan militantes con credencial.
La primaria de Florida es vista por ello como una prueba de fuego para McCain entre la base conservadora, toda vez que algunos lo perciben como demasiado moderado en temas como la reforma migratoria.
Pero lo que analistas ven como una debilidad de McCain entre la base conservadora, podría beneficiarlo en una elección general, toda vez que tiene el potencial de arrebatar a los Demócratas el voto independiente.
Encuestas previas muestran que el primer lugar en las primarias republicanas de Florida lo disputan el senador John McCain, y el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney.
El ex alcalde de Nueva York, Rudolf Giuliani, quien cifró todas sus esperanzas en Florida y fue puntero al inicio del proceso, ahora se disputa el tercer puesto con el ex gobernador de Arkansas, Mike Huckabee. Su derrota es vista como un potencial factor para eliminar su candidatura.
