Peregrinos provenientes de distintos puntos de la República Mexicana llegan a la Basílica de Guadalupe para dar inicio a las festividades relacionadas con el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe. (El Universal)
En la víspera del 477 aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe, la Basílica se llenó de rostros que reflejan esperanza, fe, agradecimiento y amor, pero también de dolor por la pérdida o enfermedad del ser querido.
Millones de mexicanos provenientes de diferentes partes de la República y del Distrito Federal se dan cita desde este jueves para venerar a la "Morenita del Tepeyac" y al indio Juan Diego.
Hace más de cuatro siglos se repiten escenas de fe en lo que ahora se conoce como la delegación Gustavo A. Madero, que año con año recibe a peregrinos que vienen a felicitar a la Virgen en su día y que este año se prevé que sean unos seis millones.
También, extranjeros visitan a la Virgen de Guadalupe y la mayoría, aunque ya lo saben, no dejan de sorprenderse al ver el fervor de los fieles que llegan de rodillas, algunos cargando grandes imágenes para agradecerle el favor o el milagro concedido.
Mario, proveniente de Santa Xochiac, en la delegación Alvaro Obregón, vino con sus hermanas a agradecerle a la Virgen que los últimos meses de vida de su primo fueron felices, pues acaba de fallecer de cáncer y lloró al recordarlo.
Juana y Carmen, de San Rafael, estado de México, vinieron como cada año a bendecir sus imágenes y darle gracias a la Virgen por su salud y la de sus familiares.
Unas jóvenes empujaban a la gente para poder entrar al templo de la Guadalupana y darle las gracias "en persona" por el milagro que les hizo, pues después de un año, Elvia tiene trabajo "y eso es un milagro", afirmó Marisa.
Un grupo de peregrinos salía del templo con lágrimas, pero felices porque la más pequeña de ellos, Ivonne de cinco años, se les había perdido al llegar esta mañana y la acababan de encontrar.
"Le pedí a la Virgen con todas mis fuerzas. Le dije que cada año vengo, que no fuera así, que mi niña era lo que más quiero y que ella como madre me tenía que entender. Gracias a Dios ya la encontré", dijo Carmelita, madre de la pequeña.
Otros fieles vienen con la esperanza de pedirle a la Virgen que los ayude a conseguir trabajo o que les ponga los medios para poner un negocio; tener salud; que los hijos e hijas y sus familiares más cercanos no caigan en drogas o que las dejen.
En tanto que otros, en su mayoría hombres, vienen a prometerle a la Virgen que no volverán a consumir alcohol.
La mayoría de los que están en este templo vienen a dar gracias una vez más por su salud, porque eso lo que les permite luchar y salir adelante.