Si bien en las últimas semanas se ha observado una tendencia a la baja en el precio de los alimentos, no se espera que ésta continúe en los próximos meses.
Prevé la FAO que la situación no mejore a corto plazo.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtió en un informe de que la volatilidad en el precio de los alimentos se mantendrá en los próximos meses y que es “poco probable” que bajen.
La FAO atribuyó esta situación al encarecimiento de las materias primas y a una disminución de las reservas alimentarias mundiales, que han comportado una reducción de las exportaciones con una consecuente alza de los precios.
El informe señala que si bien en las últimas semanas se ha observado una tendencia a la baja en el precio de los alimentos, no se espera que ésta continúe en los próximos meses.
Según este organismo de la ONU, no se cree que la situación mejore a corto plazo ya que, a pesar de que se espera un aumento de producción, se necesitará más de una buena temporada de cultivos para volver a abastecer las reservas mundiales.
La FAO estima un aumento de un 8.7 por ciento en la producción de trigo, de un 2.3 por ciento en la de arroz y del 1.1 por ciento en la del azúcar para la temporada 2008-2009.
Así como, una “notable” recuperación de la producción mundial de semillas oleaginosas, por lo que la producción de aceite y harina debería ser suficiente para satisfacer la demanda mundial.
También se prevén importantes aumentos en la producción mundial de leche, de carne, mientras que el crecimiento de las patatas podría ser de entre el dos por ciento y el tres por ciento en la próxima década.
La FAO reiteró que la actual crisis de los alimentos y su elevado precio continuará afectando gravemente a los grupos de población más desfavorecidos, que destinan la mayor parte de sus ingresos a su compra.
Este organismo hizo estas advertencias en su informe semestral sobre la situación alimentaria que presentó en Roma, donde dentro de dos semanas se celebrará una reunión a la que acudirán jefes de Gobierno de todo el mundo para discutir sobre la presente crisis.
PETRÓLEO, ALIMENTOS Y CAMBIO CLIMÁTICO
La escasez del petróleo y los alimentos aumentará en el futuro y el cambio global climático intensificará el problema, dijo Gernot Klepper, del Instituto de Investigación Económica de Kiel, uno de los más prestigiados en Alemania.
Klepper señaló que el cambio climático será otro factor que influirá desfavorablemente sobre la producción de alimentos, en especial en los países donde las temperaturas son elevadas, porque se calentarán aún más y eso provocará pérdidas de tierras de cultivo.
“Países como los de la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia, probablemente Sudáfrica y la Comunidad de Estados Independientes, tendrán que aumentar en forma considerable su producción de alimentos para poder responder al aumento de la demanda”, indicó.
El experto recordó que si bien ahora hay seis mil millones de seres humanos que necesitan alimentarse, en unos 25 años se estima que la cifra llegará a nueve mil millones.
Klepper puso énfasis en que en esa perspectiva, el mundo se encuentra en el umbral de una nueva era en la Tierra en cuanto a la disponibilidad de alimentos.
“Las políticas agrarias deben reformularse, sobre todo en países en desarrollo, los precios de los alimentos del campo están siendo mantenidos bajos en forma artificial por medio de controles de precios, lo que desalienta la producción”, dijo.
Estimó que esos países deben encontrar formas para incentivar la producción del campo y que esa actividad valga económicamente la pena para quienes la practican.
“La energía en general se convertirá en el futuro en un artículo de lujo, ya que la tendencia de los precios a largo plazo es que continuarán encareciéndose”, estimó y añadió que el diesel y la gasolina no pueden ser sustituidos todavía por los biocombustibles.
“En Europa será casi imposible producir los orgánicos en la cantidad necesaria para sustituir a los combustibles derivados del aceite mineral, porque no hay suficientes superficies agrícolas en el Continente”, opinó.
El experto apuntó que esas superficies están disponibles sólo en unos pocos países como Brasil y repúblicas de la Comunidad de Estados independientes, como Bielorrusia y Kasajstán.
“En la actualidad, sólo 1.0 por ciento de la demanda internacional de combustible se cubre a través de los de procedencia orgánica, pero esa oferta llega a aumentar a 5.0 por ciento, sobrevendrán problemas serios en la producción de alimentos”, aseveró.
China en los mercados
La influencia de China en los mercados agrícolas internacionales y en la oferta o demanda de productos alimentarios es imparable y “solamente podrá ser más acentuada”, según un informe de la Comisión Europea (CE), publicado ayer.
En el estudio, la Comisión Europea destaca la expansión de la economía china, que va a continuar en los próximos años aunque a un ritmo más lento.
Resalta los aumentos en los ingresos y en la urbanización, que provocará cambios en las dietas y elevará el consumo de carne por parte de la población china.
Hasta ahora, según el informe, el objetivo de China ha sido solamente el autoabastecimiento de cereales y potenciar la producción ganadera, pero sus importaciones de piensos van a aumentar notablemente en los próximos diez años.
La CE alude al encarecimiento de los alimentos, que está provocando la inflación en China, donde los hogares gastan una mayor parte de su presupuesto en comida.
El Gobierno chino ha respondido con un incremento de los incentivos para la producción de materias primas “clave”, y con la imposición de controles en los precios y restricciones comerciales.
China es en la actualidad el mayor importador de soja del mundo, con el 43% de las compras mundiales y este porcentaje podría convertirse en el 57% en una década.
Además, la CE prevé que China aumente su predominio en las importaciones de aceites y se convertirá en un comprador neto de maíz, trigo, carnes y lácteos, aunque en este último grupo de alimentos Bruselas tiene sus dudas.