Terminó la espera, hoy el 8 del 8 del 2008, a las 8:00 de la noche en Beijing, comienza la Ceremonia de Inauguración de los Juegos Olímpicos, la cual se espera sea una gran fiesta tanto para atletas como para asistentes. (EFE)
Nunca antes se ha presenciado una ceremonia de inauguración olímpica como la que tendrá lugar este viernes, por la mañana en La Laguna, por la noche en esta ciudad.
Los organizadores han cuidado cada detalle y lo han venido preparando durante meses, incluso años. Tan sólo el espectáculo de pirotecnia que tendrá lugar en los cielos de Beijing costará 3 millones de dólares, lo que nunca se ha gastado en un evento similar.
Los chinos dejaron de vender pólvora al mundo desde octubre del año pasado y convocaron a los mejores especialistas del mundo para aprovecharla. Claro, quieren dejar muy en claro dónde fue que se inventó esa maravilla efímera y atronadora.
Pero mucho más está en juego. Otro de los récords que establecerá esta ceremonia es la de participación de mandatarios.
El jefe de Estado y de Partido Chino, Hu Jintao, no paraba de estrechar manos de dirigentes que arribaban a la capital china para participar en la ceremonia de mañana.
Más de 80 jefes de estado y de gobierno, así como reyes, príncipes y jeques, estarán presentes en el espectáculo, más que nunca antes en la historia olímpica.
Además del presidente estadounidense, George W. Bush, en la lista de invitados ilustres figuran el jefe de gobierno ruso, Vladimir Putin, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro de Japón, Yasuo Fukuda. Estarán ahí sin importar si antes criticaron la política china en materia de derechos humanos.
Pero toda esa buena voluntad no alcanzó para conseguir que las dos coreas desfilaran juntas. Justo hoy anunciaron que las negociaciones fracasaron y cada una irá por su lado.
La buena noticia es que todo indica que no lloverá. A pesar de que habrá capas de lluvia en todos los asientos, los 90 mil espectadores que asistirán a la ceremonia no se mojarán en el estadio Nacional.
El servicio meteorológico predijo para este viernes temperaturas de 28 grados y una humedad ambiente de 85%. No lloverá hasta el fin de semana.
Millones presenciarán la gran inauguración
Noventa mil son los afortunados. Para los otros millones que no obtuvieron una entrada a la inauguración, la opción es la calle.
El problema es que la mayoría quiere ir a una sola, la única abierta a la circulación y que está más cerca del Nido de Pájaro, tiene tres edificios con pantallas gigantes como parte de sus estructuras y los chinos que no se imaginaron adentro del estadio la noche del 8 del mes 8 en el año 2008, se ven en esa calle mirando hacia las pantallas y al final hacia el cielo.
Pasaron meses fotografiándose frente al estadio Nacional. No ha habido un día en el que el Nido de Pájaro no haya sido plasmado en foto desde que tomó forma. Los chinos llevan esperando este evento desde hace años, se han preparado mucho para llegar hasta aquí. Le han invertido tiempo, esfuerzo, voluntad y esperanza a los Juegos Olímpicos y que la calle mida menos de un kilómetro de largo y menos de 300 metros de ancho no los detendrá. Tampoco el calor mayor a los 35 grados, ni la humedad que moja las playeras.
En la calle, los lugares están peleados. Aquí no hubo millonaria venta de boletos. Lejos del Nido de Pájaro, la ciudad está llena de pantallas. Están en Wangfujing, una gran avenida con tiendas y restaurantes donde llevan meses transmitiendo imágenes solamente relacionadas con los Juegos.
En la plaza de Tianamen, donde se espera será el segundo sitio que los chinos abarroten si no logran obtener un huequito afuera del estadio. En el Metro, cada vagón cuenta con pantallas propias.
Hubo mucha expectativa. Desde las probaditas que pasaban en la televisión, la gente hacía pausa para mirarlas, era un ensayo, pero se miraba fascinante.
Con playeras de México llegan Ilian’na, Moyou, Aishemgli, Majie, Xiaoyao, Zhaoming y Jiajia, son sus nombres en chino, se los pusieron desde hace un año cuando salieron de Aguascalientes para vivir en Shanghai, vinieron a estudiar chino.
Hoy están parados en la reja que los divide del sueño de vivir una inauguración de Juegos Olímpicos, al menos adentro del estadio. Pero igual no importa, pues dicen que el simple hecho de estar afuera es una experiencia.