A pesar de tener al asesino confeso en sus manos, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila (PGJEC) tardó más de ocho meses en consignar la averiguación previa por un homicidio calificado por brutal ferocidad y ventaja. Cuatro meses y medio después se liberó la orden de aprehensión y 15 días más tarde se cumplió la captura del sujeto que tenía más de un año en el Cereso.
El burocratismo que reina en la PGJEC se muestra en el caso de Mario Pineda Rangel alias “El Huevo” quien mató a dos personas en un mes y medio el año pasado. Por el primer crimen ya recibió sentencia condenatoria y por el segundo podría alcanzar hasta 50 años de prisión.
El tiempo que se toma el personal de la PGJEC para lograr la aprehensión de un homicida se descubrió con la reciente “captura” de Rangel Pineda notificada en la guardia de la Policía Ministerial este cuatro de septiembre del presente, en base al expediente 72/2008, girado en el Juzgado Cuarto del ramo penal.
En este proceso la acusación es en relación a la muerte de Marcial Fernández Sarabia de 69 años de edad, ocurrida en el panteón municipal, el pasado 15 de mayo de 2007.
Como se dio a conocer en su momento, Pineda Rangel fue detenido de forma fortuita por policías preventivos de Gómez Palacio en los primeros días de julio de 2007, cuando causaba desmanes en una camioneta en la zona Centro de la ciudad.
Por los medios de comunicación en la PGJEC se enteraron de la detención de quien figuraba como principal sospechoso del crimen ocurrido días antes, el 30 de junio de 2007, cuando “El Huevo” disparó un arma contra Antonio Macías Mijares en la colonia Nueva Rosita y le causó la muerte.
Desde su ingreso al Centro de Readaptación Social (Cereso) por la muerte de Macías Mijares, la PGJEC anunció que en los días siguientes se consignaría también al sujeto por el crimen del adulto mayor en el panteón. Más de un año transcurrió para que la muerte de don Marcial no quedara impune.
