En medio del Panteón Municipal, de Mapimí, un hombre dejó de existir, luego de que prendió una fogata y lo alcanzó el fuego.
Con su abuela
Solo, en un constante estado de ebriedad, José Carmelo Rodríguez, de 34 años, que había hecho del panteón su hogar, dormía todos los días sobre la tumba de su abuela, quien lo crío desde pequeño.
El domingo en la tarde, José Carmelo prendió una fogata para calentarse del frío y se quedó dormido a un costado de ella.
El fuego se empezó a expandir entre la hierba seca, alcanzó a Carmelo, pero éste no pudo reaccionar al calor debido a que su estado etílico lo tenía completamente adormecido.
El dolor hizo que Carmelo despertara, pero ya no le fue posible salvarse de las brasas.
Después de 24 horas de haber fallecido, se le realizó la necropsia de ley en el Semefo, de Lerdo, donde se pudo establecer que la causa de la muerte fue la intoxicación que sufrió Carmelo.