El control de vuelo del Centro Espacial Internacional volverá el viernes al Centro Espacial Johnson, anunció el jueves la NASA, a medida que la costa texana del Golfo de México se recupera lentamente de los estragos causados por el huracán Ike.
El tránsito rodado en el centro de la cuarta ciudad más importante del país aumentó este jueves, casi una semana después de que la tormenta de la categoría 2 arrasó la isla de Galveston, al sur de Houston. CenterPoint Energy dijo haber restaurado el suministro de electricidad a casi 900 mil hogares, por lo que casi más residentes de la ciudad tendrán electricidad que los que no la tienen.
"Si pudiera desear una sola medida que nos permitiera avanzar, sería la restauración del tendido eléctrico", dijo el secretario de Seguridad Interna Michael Chertoff.
El secretario acudió al sudeste de Texas por segundo día consecutivo para supervisar el reparto de ayuda federal centrada en centenares de camiones con hielo, agua y alimentos para más de 5 millones de personas que viven en la región. Para facilitar la recuperación, las autoridades federales pidieron el jueves a los bancos privados que tuvieran cierta tolerancia con los propietarios de viviendas en apuros económicos tras decretar con anterioridad una moratoria de 90 días en los embargos hipotecarios.
"En muchas ocasiones tras un desastre, la gente que regresa encara gastos imprevistos", dijo el secretario de la Vivienda y Desarrollo Urbano Steve Preston, que acompañó a Chertoff. "Queremos asegurarnos que reciben un respiro antes de preocuparte por las hipotecas, que serán un desafío adicional".
El Centro Espacial Johnson clausuró sus actividades unos días antes de la llegada de Ike. Las autoridades dijeron que la sede del Control de la Misión sufrió sólo daños leves. Debido a ese cierre, su cometido pasó temporalmente a las instalaciones de reserva situadas cerca de Austin y las de Huntsville, en Alabama.
En Galveston, los que decidieron ignorar la advertencia de que encaraban una "muerte cierta" y capear la tormenta en la isla, surgieron nuevos indicios de vida.
Por segundo día desde la llegada de Ike, un supermercado Kroger en el bulevar Seawall abrió sus puertas. Los empleados lograron retirar alimentos en mal estado en cantidad suficiente para llenar los remolques de 16 camiones con volquete. Y aunque estaban a la venta muchos alimentos, no había productos lácteos o carne.
Las autoridades estatales y municipales dijeron, empero, que la isla no están en condiciones de admitir aún a los que la abandonaron. La posibilidad de dolencias transmitidas por los mosquitos y la carencia de servicios, entre ellos los cuidados médicos, hicieron que las autoridades pidieran a los residentes que huyeron del huracán que no vuelvan hasta nuevo aviso.
Las autoridades permitieron brevemente el martes el egreso a la isla de vecinos y comerciantes para examinar rápidamente sus propiedades antes de abandonarla, aunque ello contribuyó a enormes atascamientos de tránsito. Los funcionarios siguen elaborando un plan que permita el regreso escalonado de los residentes.
"Hemos recomendado a los conductores que evitar viajar por esa área", dijo Raquelle Lewis, vocera del Departamento de Transporte de Texas.
El número de muertos causados por Oke en Estados Unidos es de 52, 18 de ellos en Texas. Las autoridades de Louisville, en Kentucky, dijeron el jueves que una residente murió al inhalar el miércoles por la noche monóxido de carbono procedente de un generador en su casa. Ike barrió con vientos huracanados zonas que llegaron hasta el norte de Kentucky, donde causó extensos apagones.
Hay temores de que puedan ser descubiertas más víctimas. Tras barrer el huracán Katrina Nueva Orleans en el 2005, siguieron apareciendo cadáveres durante más de un año.