Durante los 13 capítulos se verán las historias de asesinatos perpetrados por mujeres, este trabajo se basa en una serie argentina. (Fotografías de El Universal)
“Buenísima toma! Mira qué cosa; qué bien se ve. A mí sí que me dan ganas de estar en esa pi... fiesta”, grita una y otra vez Marifer (María Fernanda Suárez) mientras dirige el cuarto capítulo de la serie en versión mexicana de Mujeres Asesinas en el Distrito Federal.
Esta serie argentina toma como base homicidios perpetrados por mujeres, adaptados a un guión trabajado.
En Argentina gozó de buenas críticas y fue galardonada, entre otras, con el premio Martín Fierro de Oro, máximo galardón que entrega la APTRA (Asociación de Periodistas de la Televisión y Radiodifusión Argentina).
Durante los 13 capítulos se verá a actrices como Cecilia Suárez, María Rojo, Nailea Norvind, Alejandra Barros, Rosa María Bianchi, Kika Édgar, Leticia Calderón, Claudia Ramírez, Nuria Bages, Grettel Valdez, Irán Castillo y Ofelia Medina, entre otras.
“Ja, ja, ja, ¡está buenísima!”. Ella simplemente no puede parar de reír. Y es que en la secuencia de una fiesta en la que participan Irán Castillo, Ofelia Medina, Miguel Rodarte y Cristina Michaus, entre otros, se llevan a cabo diálogos y momentos dignos de no revelarse. Si bien se trata de una historia terrible, ésta no escapa de llevar un momento de diversión al espectador.
El lugar de esta fiesta es el interior de una casa de la Colonia del Valle, donde se filma el capítulo de nombre “Mónica acorralada”.
“Irán interpreta a Mónica. Ella tiene una relación con su madre de mucha dependencia y apego, porque Beatriz (Medina), quien protagoniza a una artista de cine venida a menos, queda paralítica por cuestiones que tienen que ver con la hija. De ahí que Mónica es responsable de ella.
“Yo hago al novio de Mónica; ambos estudiamos leyes. Mi personaje está para que se desahogue el personaje de Irán y detonar el suspenso trágico de la historia, basada en hechos reales”, dijo Miguel Rodarte durante la filmación.
Es curioso que a unos metros de distancia de la puerta de la casa se escuchen otros gritos como: “¡Qué bárbaro! ¡Buena suerte a todos!” y otros más con un lenguaje muy coloquial “pero que contagian a todos”, a decir de Rodarte. “Marifer tiene una energía tremenda, como pocos directores”.
Humo y alcohol
Mientras suenan canciones de José José y también de Sara Montiel en la sala, donde el humo del cigarro es intenso como el sonido de las copas y vasos (pues a decir de Marifer ya todos están un poco “ped..”), una de las cámaras toma a Mónica y a Paco (Rodarte), pareja de novios que bajan por las escaleras tomados de la mano.
Otra enfoca a Beatriz, quien en silla de ruedas es festejada por sus amigos y amigas, después de muchos años de no verse.
Previo a ese momento, antes de que gritara “¡acción!”, María Fernanda Suárez dio los últimos detalles a cada uno de los actores y extras sobre lo que filmarían.
Como niña con muñeca nueva, lo disfruta, se divierte, baila y grita. Esto para ella no es casual, es la base de una entrega que pretende se refleje en la pantalla chica.
“Quien dirige, tiene que sentir igual que los actores. Yo me conecto con cada uno de los personajes en las emociones que están viviendo, porque si no, no los podría comprender ni tampoco podría aclararles sus dudas, además de que esto no se convertiría en una experiencia, sólo en trabajo.
“En este caso, la persona que dirige, pasa por la decisión de experimentar una historia, no de contarla, sino de experimentarla para poder llegar a fondo, para poder tener detalles”, expresó Marifer.