Una encuesta reveló que la mayor parte del aguinaldo se otorgó al pago de deudas.
El pago de deudas fue el destino de la mayor parte de los aguinaldos, lo que hizo imposible seguir la recomendación de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), para administrar el ingreso y afrontar la crisis económica.
En un sondeo realizado, algunos ciudadanos admitieron desconocer las recomendaciones de la Condusef, que sugería utilizar el 50 por ciento para pago de deudas, 40 por ciento para imprevistos y ahorro, y el resto para darse un gusto.
Para algunos, la magra bonificación fue insuficiente para cubrir necesidades, y para la generalidad la bonificación se destinó al pago de adeudos, como en el caso de Edgar Baeza, de 39 años de edad, quien trabaja para el gobierno del estado de México.
“Recibí 15 mil pesos de aguinaldo, todavía no acaba diciembre y ya no tengo ni un peso, porque todo lo usé para pagar mis tarjetas de crédito y algunas deudas personales; incluso, todavía está pendiente el pago de mi casa”, dijo en entrevista. Pilar Cardona, quien labora como secretaria en la UNAM desde hace seis meses, sólo recibió tres mil pesos, cantidad íntegra que destinó al pago de una deuda añeja que tiene con el banco.
Norma Arroyo, de 43 años de edad, tuvo una gratificación anual de cuatro mil pesos por su trabajo como vigilante en una institución educativa, suficiente para liquidar una de las tarjetas de crédito que maneja.
“Siento que este año el dinero me rindió menos, pues no pude ahorrar nada ni comprar algo para tres mis hijos”, apuntó.
Es el mismo caso de Iván López, oficial albañil para ICA, quien recibió un aguinaldo de 300 pesos, la parte proporcional del tiempo que laboró este año, y que apenas alcanzó para la cena navideña.
Hubo quien pudo disfrutar la prestación: Sergio Sánchez, operador de maquinaria pesada en el Gobierno del Distrito Federal, decidió destinar los dos mil 800 pesos que recibió a vacacionar con su familia, con la seguridad que le da no tener deuda alguna.
“Prefiero no tener tarjetas de crédito ni nada de eso, porque son puras deudas. Mejor me administro bien y así no tengo problemas económicos”, indicó, y reconoció ignorar las recomendaciones de la Condusef que promovían el ahorro.
No todos los casos son iguales, hay quienes deciden ahorrar: “Yo guardé todo lo que me dieron de aguinaldo, pues escuché en la televisión que el próximo año la crisis va a ser más severa”, dijo Oscar Salas, de 32 años, empleado como chofer privado.
Igual previeron los hermanos Hernán y Marco Solís, de 27 y 29 años, respectivamente, quienes invirtieron su dinero en una cuenta de ahorros en el banco.
Entre los casos que destacan por haber seguido al pie de la letra las indicaciones de la Condusef, está el de Alfredo Navarro, de 59 años de edad, quien es analista técnico en la Red de Transporte de Pasajeros (RTP).
De los diez mil pesos que le pagaron de aguinaldo, cinco mil fueron al pago de tarjetas de crédito e impuestos como el predial y el agua; tres mil pesos los dejó para imprevistos y dos mil más los ahorró.
El pronóstico económico es poco alentador, y la Condusef recomienda hacer buen uso del dinero que se tiene, pues la crisis afectará directamente la liquidez en el bolsillo de las familias para el año venidero.
Pagan más con ‘abonos chiquitos’
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomendó a la población revisar los esquemas de abonos pequeños en la compra de bienes duraderos, para evitar abusos, pues con algunos sistemas de financiamiento terminará pagando hasta 50 por ciento más del valor que el producto tiene al contado. Es el caso de una lavadora marca Easy, modelo 13450, que en la cadena comercial Famsa tendría un valor de seis mil 191 pesos al contado, pero si fuera adquirida en abonos, al término del crédito (18 meses), el acreedor terminará pagando 10 mil 908.
Esto implica una diferencia superior a los cuatro mil 700 pesos, es decir más de 50 por ciento de su valor al contado, indica a través de Quién es Quién en crédito a pagos fijos.
Otro caso, en la tienda Salinas y Rocha, el componente de audio marca Sony, modelo MHC-GTX888, tiene un precio de contado de 7 mil 629 pesos; pero si el consumidor opta por un sistema de pagos de 147 pesos semanales, en 78 semanas habrá cubierto 11 mil 466 pesos. Es decir, tres mil 837 pesos más caro que si lo hubiera adquirido en una sola emisión. Estos esquemas en tiendas como Famsa, Coppel, Viana, Elektra y Salinas y Rocha, son totalmente opuestos a los programas de meses sin intereses, donde el consumidor no pagan costo adicional al precio de contado, siempre y cuando cubra a tiempo las mensualidades. Profeco advirtió que si bien de primera instancia resulta atractivo un abono semanal por un bajo monto, el problema radica en el número de desembolsos, y al sumarlos resulta excesivamente oneroso respecto al pago de contado. Recomendó verificar los plazos y condiciones de pago o enganche que considera el sistema de financiamiento, y consultar el Costo Anual Total (CAT), concepto que debe incluir cualquier contrato y que incluye gastos como intereses, comisiones y demás pagos.
