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Sebastián, la dialéctica de una pasión

Sebastián inauguró su exposición de plata en el Museo Regional. (Fotografías de Erick Sotomayor)

Sebastián inauguró su exposición de plata en el Museo Regional. (Fotografías de Erick Sotomayor)

Yohan Uribe Jiménez El Siglo de Torreón

Enrique Carvajal, conocido como Sebastián, habla de su vida en relación a las matemáticas, la escultura y ahora... la moda.

Uno de los artistas contemporáneos más importantes de México y América Latina, su obra va más allá del lenguaje urbano donde adquiere vida y toma monumentales formas, una pasional dialéctica entre la matemática y la escultura es la constante en la obra de Enrique Carvajal, más conocido en el mundo como Sebastián, que ahora dará un no tan extraño salto al mundo de la moda.

El escultor originario de Camargo, Chihuahua, quien recibió hace poco un Doctorado en Matemáticas a Honoris Causa por el City College de Nueva York, estuvo de visita en el Museo Regional de La Laguna, con motivo de su exposición Hablando en Plata con Sebastián, una interesante selección del trabajo escultórico del creador hecho en plata y en formato chico. La muestra está compuesta por cinco colecciones que se encuentran en Europa, Estados Unidos, Ciudad de México, una colección privada y ahora en Torreón.

Sebastián está cumpliendo 40 años de carrera como escultor, y entre sus múltiples proyectos varios de ellos internacionales, está la presentación de un libro que va a contener lo más significativo del trabajo del escultor, al igual que un desfile de moda donde el cuatro veces doctor, presentará algunos diseños de ropa en los que también se verá el sello que lo ha llevado a ser conocido en el mundo entero.

¿De dónde toma el seudónimo de Sebastián?

Es una historia cierta, una vez mi maestro de escultura nos estaba dando una clase de historia del arte y anatomía y yo me quedé dormido, en eso el maestro empezó a hablar de San Sebastián de Botticelli, pero no por la belleza sino por lo amolado, y como yo estaba muy mal, comía y dormía muy mal, me veía cansado porque no dormía, y él empezó a hablar de eso, de un cuerpo cansado, un cuerpo sin dormir y lo que representaba San Sebastián, de ahí mis compañeros me empezaron a llamar San Sebastián, y yo lo sentía como burla.

Como ocho meses después en una comida con personas de la cultura, en México era una costumbre que los republicanos españoles apoyaran políticamente al candidato del PRI, en esa comida se levantó don Carlos Pellicer, y me dijo ¡oiga, usted se escapó de un cuadro de Botticelli!, le pregunté que de cuál y me contestó: de San Sebastián de Botticelli y se fue. Un año después una crítica de arte franco-guatemalteca, me entrevistó y en su comentario me describió físicamente como un joven parecido a San Sebastián de Bantemia, y ahí dije: ‘no puede ser, el Sebastián me persigue’.

¿Y cómo se rompen las fronteras, a veces inmensas, de un pequeño pueblo para caminar por todo el mundo de la mano de la escultura?

Lo único que sucede es que es lo mismo, te das cuenta que tú eres de un pueblo del Estado de Chihuahua, te das cuenta que eres un hombre que siente y que piensa, que hace objetos a partir de entender su entorno y luego los sublima para que sean universales, lo que hace todo artista, cuando tienes esa conciencia es igual, es un lenguaje que puede llegar a cualquier país porque no necesita traducción es directo, es por la emotividad y entonces lo vuelve universal.

Conquistar un espacio no es tan difícil, llegas con las personas, te comunicas, hablas, pones tu obra y empieza todo a fluir, a partir de lo que estás diciendo con la obra, por eso universalizas un lenguaje, por ejemplo en Japón o en China, mi trabajo fue muy ancestral por el entorno, pero con carga y sabor a México, claro con la visión de intégrame a una cultura, fue como ponerles un espejo de su propia cultura a mi manera, hice una pieza en Japón para una conmemoración, el Arco Fénix, donde les puse su cultura como símbolo, pero con el estilo de un artista mexicano, y se lo apropiaron.

La universalidad del lenguaje geométrico y matemático en su obra lo hizo acreedor a un doctorado Honoris Causa, por una universidad neoyorquina ¿cómo fue?

Para mí fue una sorpresa increíble, yo no daba crédito que una universidad que no es mexicana, me otorgara un título, me invitaron a conocer a los directivos de la universidad con los que platiqué normalmente, como lo hago siempre, pero entre cenas, comidas y conversaciones me estaban haciendo un examen, venían e iban grupos de maestros y expertos, yo hablaba normal porque no sabía, entonces seguí hablando de las geometrías elípticas e hiperbólicas en mi obra y de repente me mandan a conocer a un premio Nóbel para que vea mis cosas, del que terminé de amigo, y habló para decir que tenían su voto, yo no sabía por qué, luego me dieron la noticia.

¿Aquellos cubos transformables que inventó una vez, marcaron la obra escultórica que hoy se encuentra en todo el mundo?

Descubrir cosas como los cubos fue descubrir la esencia mía, la visión espacial y la trasformación, es como es el cosmos, un misterio constante, el número y la geometría te dan eso, entonces fue como la semilla de toda mi producción, porque ésos se volvieron el patrón ordenador de mi obra, fue el orden y el inicio para seguir mi obra monumental y son como las reglas tanto para el diseño de joyería como para el de muebles o esculturas monumentales. Para todo lo que tiene una vocación constructiva fue fundamental los transformables.

¿Qué artista influyó en la concepción artística de Sebastián?

No hay hijo sin padre, uno tiene que partir y yo partí emocionado y creyendo profundamente en la obra de Henry Moore, pero yo no entendía por qué, y me di cuenta que por declaración de Moore él bebía de las piezas claves de la cultura prehispánica, de los Aztecas de los Mayas de los Toltecas, para sus figuras reclinadas y al geratismo de sus figuras, es evidente, cuando me di cuenta de eso supe que estaba al revés por un prejuicio que tenemos los pueblos del tercer mundo, cuando somos jóvenes o no tenemos conciencia, creemos que lo mejor de la cultura está al otro lado del mar o en las otras fronteras.

SEBASTIÁN TAMBIÉN DISEÑARÁ ROPA

La obra de Sebastián es relacionada profundamente con la cultura mexicana prehispánica, el manejo del espacio y las formas que adquieren sus obras monumentales son evoluciones de la raíz de sus ancestros. Ahora el autor de un sinfín de obras puestas en más de 16 países, de las cuales dos se encuentran en Torreón, traslada el lenguaje universal de su trabajo al diseño de ropa. El escultor recuerda que cuando estaba pequeño en su natal Camargo, su madre que era modista, le confeccionaba la ropa, razón por la que Sebastián aprendió a realizar los cortes de la tela, ahora como tributo a su progenitora el artista mexicano realizará un desfile de moda el próximo mes de marzo. “Como idea, hay una forma matemática que se llama ‘esféricon’, un volumen que tiene muchas variantes, yo lo veo en el espacio lo aplasto, lo muevo y lo transformo en un vestido, en uno de los diseños que estamos haciendo que es un frac para mujer”, señaló el creador de la puerta de Torreón. La presentación de esta colección la realizará en coordinación con María Luisa Chávez, con la que ya trabajo en algunos diseños para una puesta en escena de Carmen, la ópera de Bizet.

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