El Siglo de Durango
SANTIAGO PAPASQUIARO, DGO.- La industria forestal labora al 60 por ciento de su capacidad instalada a falta de materia prima, el desempleos se refleja en la pobreza y emigración de los pueblos del Noroeste, donde requieren cuando menos mil plazas estables.
Hay temor por el fenómeno de la desaceleración económica en Estados Unidos, pues la falta de empleos podría aumentar la migración de poblados rurales a la ciudad de Santiago, por ser un lugar a donde convergen varios municipios, afirma el tesorero municipal Manuel de Jesús Montenegro.
SIN MÁS OPCIONES
En estas fechas el desempleo es más notorio porque se agotan los permisos de extracción forestal, la gente busca otras opciones y lamentablemente no las hay, por eso se requieren fuentes de trabajo estable y bien remuneradas.
Aquí hay 42 mil habitantes y la mayoría depende de la rama forestal, 70 por ciento, el resto a la minería, ganadería y agricultura, o bien al comercio, afirma Montenegro.
Jesús Éver Mejorado Reyes, secretario del Ayuntamiento, coincide en cuanto a la falta de mil empleos para subsanar la creciente demanda, y considera elemental industrializar la madera, darle valor agregado para aumentar las plazas que requieren las nuevas generaciones de trabajadores.
VALOR AGREGADO
En Santiago hay una fábrica de muebles y una de triplay, así como pequeños talleres pero resultan insuficientes ante la demanda en este polo de desarrollo regional. De manera que al no tener otra alternativa los jóvenes emigran a otras entidades del país y extranjero.
Cada año se presenta en Santiago el problema del desempleo en la rama forestal, por la falta de materia prima, afirma Eduardo Guerrero Paniagua, dirigente de la Unión de Ejidos Emiliano Zapata, en este momento la industria labora al 60 por ciento de su capacidad instalada.
La situación en la rama forestal se normaliza en marzo y abril, cuando nuevamente empiezan a extraer nuevos volúmenes de madera en rollo.
POTENCIAL NATURAL
Guerrero Paniagua considera necesario recurrir a otras alternativas como el cultivo de trucha arcoiris y la agroindustria, donde también se puede dar valor agregado a los lácteos, carne de cerdo, entre otras que quitarán presión al bosque.
De hecho hay ejidos que tienen producción de trucha, no hay mucho se cultivaron 100 mil crias en diferentes estanques de Tepehuanes, Santiago Papasquiaro y Otáez.
Mientras no se logre consolidar esta situación, seguirá la emigración, la dependencia de la rama forestal con las limitantes ya mencionadas, y de la economía de otros países como de Estados Unidos, cuando hay mucho por hacer en esta región del Noroeste, añade Guerrero Paniagua.
APROVECHAMIENTO Y COMPETENCIA
Cada año la Unión de Ejidos integrada por 40 predios forestales, aprovecha 300 mil metros cúbicos de madera en rollo anual, de los cuales el 10 por ciento se transforma en cajas, triplay y muebles, el 90 por ciento sale en materia prima para abastecer parte de la industria la local y nacional.
Los 40 ejidos y comunidades asociadas son de los municipios de Tamazula, Guanaceví, Topia, Canelas, Otáez, San Dimas, Tepehuanes y Santiago Papasquiaro, informa Eduardo Guerrero Paniagua, dirigente forestal.
La misión de esta organización es pugnar por proyectos productivos para generar empleo y darle valor agregado a la madera, así como buscar ser más competitivos en el mercado nacional, donde tienen que competir con desventaja con maderas de importación de Canadá, Estados Unidos y Chile.
