La personas que delinquen, secuestran o matan está fuera de la Iglesia, por lo que no hay necesidad de un decreto de excomunión, afirmó el vocero de la Arquidiócesis de México (AM), el padre Hugo Valdemar.
"De facto quien delinque, secuestra o mata está fuera de la Iglesia, no pueden participar porque están atentando contra el mismo cuerpo místico de Cristo que son las personas, son los bautizados", subrayó.
En su momento el entonces obispo de Cuernavaca, Luis Reynoso Cervantes, decretó la excomunión de secuestradores en su diócesis y tuvo un fuerte impacto entre los delincuentes, incluso se le solicitó que la levantara.
"Fue muy curioso porque pensaríamos que a los secuestradores les daría risa una amenaza como estas, pero no, porque cuando hacían la negociación de los secuestros pedían entre otras cosas, que se les levantara la ex comunión. Quiere decir que sí les afectaba", dijo.
El sacerdote recordó el caso del secuestrador Daniel Arizmendi López, alias el "Mochaorejas", quien se decía ferviente devoto de la Virgen de Guadalupe y en 1988 fue excomulgado por el entonces asesor jurídico del Episcopado Mexicano, Luis Reynoso Cervantes.
El portavoz de la Arquidiócesis exhortó a las personas que delinquen, secuestran y matan a la conversión, "a cambiar de conducta, de mentalidad, a que entiendan que este tipo de actos no los llevan más que a la ruina social y a su perdición".
En otra vertiente, informó que la Arquidiócesis de México se sumó al Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad que signó el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Leopoldo González.
"Estamos dispuestos y nos sumaremos a esta batalla a esa cruzada contra la delincuencia, la inseguridad y también la corrupción que hay en México, porque su existencia contribuye a que aumente el grado de maldad y delincuencia que agobia a la sociedad", enfatizó.
Valdemar subrayó que en todo aquello que ayude a combatir los grandes males de México, entre ellos la delincuencia organizada, están dispuestos a colaborar, porque es imposible que el gobierno pueda llevarla a cabo solo.
"Aquí tienen que entrar todos los sectores sociales, entre ellos no sólo la Iglesia católica, sino las diversas asociaciones religiosas", agregó.