Aficionados del equipo de futbol Flamengo, el club más popular de Brasil, queman una camiseta de Ronaldo en la sede del conjunto de Río de Janeiro, en protesta por el fichaje del ex jugador del Milán italiano y del Real Madrid español como jugador del Corinthians. (EFE)
"Traidor Fenomenal". El titular resume los sentimientos de los hinchas de Flamengo tras la noticia de que Ronaldo, quien se entrena con el club de sus amores desde hace cuatro meses, fichará con el archirrival Corinthians.
El titular fue publicado en la edición de hoy del deportivo Lance, un día después que el "Fenómeno" fichó con el Corinthians.
La decisión de Ronaldo fue una cachetada para el Flamengo, especialmente porque se ha estado entrenando con el plantel más popular de Brasil y usando sus instalaciones desde hace cuatro meses para recuperarse de una operación en la rodilla izquierda que sufrió en febrero mientras jugaba con el Milan.
Cada día que el ariete se entrenaba en Flamengo, los aficionados se apostaban alrededor de la cancha para observarlo, muchos con camisetas con la inscripción "Ronaldo, quédate".
El martes, cuando la noticia del fichaje con Corinthians corrió como la pólvora, esas camisetas y otras del delantero fueron quemadas por fanáticos molestos a las afueras de las instalaciones del Flamengo.
Ronaldo dijo que entiende la molestia, pero indicó que sólo el Corinthians le ofreció un contrato.
"Lo entiendo perfectamente, soy un hincha de Flamengo", dijo el máximo goleador en la historia de los mundiales a SporTV. "Pero me entrené durante cuatro meses con el Flamengo y no recibí ninguna oferta. Corinthians me hizo una oferta para continuar con mi carrera".
Los directivos del Flamento dijeron que fueron los últimos en enterarse.
"Me sorprendió la noticia", dijo Marcio Braga, presidente del Flamengo. "Fue una desilusión. Dijo que quería quedarse aquí, se estaba entrenando aquí. Flamengo no recibió ni las gracias".
Braga reconoció que Flamengo no le ofreció un contrato, pero dijo que no quisieron hacerlo con un jugador lesionado.
