A pesar de que la violencia "se ha instalado en América Latina como una manera de resolver todo tipo de conflictos cotidianos", aún no existe información confiable y sistemática sobre el problema, para diseñar estrategias efectivas.
Así lo advierte el "Informe sobre la situación de seguridad pública en las Américas" elaborado por la Organización de Estados Americanos (OEA), que señala la carencia de información sobre el tema.
"En la actualidad es fácil detectar discrepancias en las cifras proporcionadas por diversas instituciones dentro de un mismo país, así como debilidades técnicas y tecnológicas en su captura y presentación".
De acuerdo con el documento de la OEA, también prevalecen en muchos de los países de la zona, dificultades serias para que el público acceda a la información y con ello se genera descrédito en las cifras -y las instituciones- oficiales.
Y es que "sin información confiable que permita hacer seguimiento, monitoreo y diagnósticos confiables de la realidad delictiva, es difícil abordar el problema y tomar decisiones adecuadas".
En ese sentido, el informe recomienda realizar registros sistemáticos de las denuncias y encuestas de victimización, que puedan compararse entre sí con instrumentos estadísticos equiparables.
Como ejemplo exitoso de países que "han comenzado a desarrollar sistemas de registro de denuncias que permiten generar información de manera integrada", el análisis de la OEA menciona a México, "que ha impulsado la Plataforma México".
Asimismo considera como uno de los desafíos importantes para las autoridades, "superar la carencia de información de calidad y asegurar cierta uniformidad en los datos que permita comparar la información disponible".
Además, "se puede observar que en seguridad pública existe una ausencia de estándares internacionales a seguir y que garanticen uniformidad y continuidad en la toma de decisiones".
Por si la situación no fuera suficientemente compleja, "en no pocos casos los propios gobiernos eluden entregar información por razones de política interna", lo que dificulta aún más el manejo de datos confiables.
Por ello, la OEA recomendó incrementar el nivel de tecnología y presupuesto para la generación de estadísticas, que permita uniformidad en las cifras, acceso al público de las mismas y confiabilidad para el diseño de políticas de seguridad.